¡Cuánto tiempo pasamos lamentándonos por lo que pudimos haber hecho y que no hicimos o lo que en la vida pudo habernos pasado pero que no sucedió! Esto se acentúa sobre todo cuando no estamos contentos con nuestro presente. ¿Pero es posible que a pesar de todas las dificultades que tenemos que enfrentar nuestro presente sea lo mejor que nos pudo haber pasado?

Cuando Rosalía vio a Rubén recientemente en una fiesta su corazón comenzó a palpitar. Habían pasado más de veinte años desde que se habían visto. En aquel entonces tuvieron una relación romántica y pasajera que no perduró ya que la vida los llevó por distintos senderos. Rubén continuaba siendo atractivo, agradable y culto; un profesional exitoso con una excelente situación económica.

Rosalía por su parte, se sentía frustrada con su matrimonio y angustiada por la falta de ingresos y las deudas sin pagar. Al ver a Rubén su imaginación comenzó a volar. Empezó a fantasear como hubiera sido su vida si se hubiera casado con él. Quizá hubiera tenido un esposo que la entendiera y la acompañara, alguien con quien se sintiera segura y cuidada. No sólo no tendría la angustia de como cubrir los gastos sino que podría darse el gusto de comprar lo que quisiese. Su frustración por no haber continuado la relación con Rubén comenzó a aumentar y la intranquilidad por su vida actual se acrecentó.

En ese momento recibió en su teléfono un mensaje de su hijo y en un instante, su sentimiento de fracaso se desvaneció. Si se hubiera casado con Rubén ninguno de sus cuatro maravillosos hijos hubiera nacido. ¡Qué desgracia que eso hubiera sido! No podría amar a nadie tanto como a estos niños. Por otro lado, ¿quién garantizaba que hubiera sido feliz a su lado? ¿Quién sabe siquiera si hubiera podido tener hijos con él o si hubieran sido sanos? Además, quizá fue su situación económica tan ajustada la que impulsó a Rosalía a buscar un proyecto en el cual trabajar. Su trabajo la llena de satisfacción, le permite desarrollarse como profesional y ser humano y le permite ayudar a otros. Quizá de haber estado con Rubén nunca se hubiera preocupado por trabajar.

Rosalía se dio cuenta entonces que no tiene sentido malgastar su tiempo en lamentarse por lo que pudo haber pasado o pudo haber sido. Lo importante es el presente, el hacerse cargo de las propias elecciones y las consecuencias. Es probable que todo suceda por un motivo…

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Vivir en el presente

Ingredientes:

  • 1 taza de realidad
  • 1 manojo de presencia
  • 3 cucharadas de balance
  • 1 cubito de concentración
  • 1 cucharada de decisión

Condimentos:
Sensatez, calidad y calma

Recomendación del chef: Vivir en el presente evita o disminuye el dolor y el sufrimiento

Modo de preparación:

  1. La fantasía es una seducción ilusoria que tiene una tentación irresistible. Esperar milagros y soñar con lo que hubiéramos querido que sucediera pero que no se dio, siempre pone en desventaja a la realidad ya que las ilusiones y las fantasías son fabricadas a la conveniencia de uno y tienen muy poca conexión con las circunstancias actuales.
  2. Preocuparse de lo que pudo haber sido envenena al alma y solo conduce a ignorar lo que en realidad es. La realidad no es un concepto, es un momento, un instante preciso que te hace lo que eres; si lo desperdicias este se desvanece y se pierde. Cuando se capta la magnitud del presente, se vive más plenamente y con mayor intensidad gracias a la capacidad de vivir en el aquí y el ahora.
  3. Si no estás feliz con tu vida busca la manera de cambiar. Nadie ni nada puede correr al rescate de quien no está contento con lo que tiene. Si uno desea un cambio, lo debe hacer por sí mismo. Es falso e infantil pensar que lo que se necesita es justo lo que uno no posee. Aceptar lo que se tiene es una condición para poder vivir en paz.

«La mejor manera de sufrir y vivir miserablemente es desear lo que no se tiene o esperar lo que nunca llegará».

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