Que difícil es poder manejar una situación que implica mucho dolor y sufrimiento para otros, encontrar las palabras adecuadas, poder realmente comprender el estado de la persona que vive una gran perdida.

Mucha gente no sabe que decir, comportarse o reaccionar cunado se trata de  situaciones tristes, como pérdidas, muerte o serias enfermedades; Generalmente hay un sentimiento de incomodidad impide actuar con naturalidad, las palabras no fluyen y la compasión se congela.

Es muy incómodo actuar con espontaneidad ante situaciones que surgen inesperadamente, sobretodo cuando estas están llenas de dolor, incomodidad y tristeza. ¿Cómo manejar estas situaciones difíciles? ¿Quién tiene la experiencia  para hablar  con una persona querida que esta sufriendo?

Hay muchas personas que por no saber que decir, no sentirse incómodos o  pensar que están poco preparados no se les ocurre qué decir o qué hacer. Algunos optan por evadir la situación, se refugian en el silencio, toman distancia y hasta se ausentan. No se dan cuenta que para la persona que sufre es importante el sentirse acompañada, sentir que hay alguien que escucha, que está presente y que los apoya incondicionalmente.

Que dolor tan fuerte sintió Emma cunado supo que  la hija de su mejor amiga estaba internada en el hospital y su salud se estaba deteriorando rápidamente, le habían descubierto una enfermedad  que pronto la iba a dejar sin vida. Emma lejos, al otro lado del mundo;  su amiga del alma sola en el hospital sufriendo, sin nadie que la apoyara, que desesperación, que impotencia. Emma se sentía atrapada y muy afligida.

Su marido la observaba a la distancia sin poderse  acercar, no sabia como, ¿Qué le podría decir? ¿Cómo quitarle ese fuerte dolor? Realmente estaba espantado, se sentía impotente y  no sentía que tenía las palabras adecuadas para expresar cuanto lo sentía.

Emma se armó de valor y  le comentó acerca de su dolor y su aflicción. Julián  su esposo no respondió, se quedó en silencio y comenzó en seguida a buscar algo en la habitación. Emma entonces le preguntó si la había escuchado;  Julián respondió afirmativamente con la cabeza, después encogió los hombros y con una voz muy baja le agregó que no sabía que contestarle, ni tampoco sabia que hacer. Sin ser grosero la vio indirectamente a los ojos y salió rápidamente de la habitación pretendiendo que tenía prisa por salir a  buscar algo que seguramente ni él sabía que buscaba… todo, con tal de no estar expuesto en una situación que no que sabía como manejar.

Las lágrimas de Emma corrían por toda su cara,  que mal la estaba pasando, ella sufría y su marido tan solo la veía y pretendía estar ocupado. Emma por primera vez en mucho tiempo se sintió sola. A pesar de saber que su esposo la quiere y que entiende, no sabe como reaccionar cuando la ve sufrir;  Cuanto hubiera querido sentir alguna demostración de apoyo, quizá un abrazo en silencio o quizá simplemente una palabra de comprensión.

Lo cierto es que es difícil saber que decir en circunstancias dolorosas, sin embargo el huir y evadir precisamente esos momentos incómodos, sin darse cuenta, que al callar y alejarse tristemente mandan un mensaje equivocado.

La receta

Valor para hablar con el corazón
www.recetasparalavida.com

Ingredientes:

  • 2 tazas de iniciativa, valor para enfrentar el dolor ajeno
  • 1 manojo de fortaleza; reconocimiento de que hoy es momento para apoyar
  • 4 rodajas de empatía, sensibilidad y comprensión de la situación de los demás
  • 1 cucharada grande de  paciencia; dar el tiempo y el espacio necesario
  • 1 pizca de perspectiva;  ubicar a la persona en la realidad a pesar de su dolor

Recomendación del chef: A pesar de que es mas  fácil renunciar a la responsabilidad y el compromiso moral de hablar, apoyar y no dejar sola a la persona que sufre, voy a hacer a un lado  el miedo de no saber como enfrentar esta  hoy yo puedo ayudar.

Modo de preparación:

  1. Tú siempre puedes hacer la diferencia. No es necesario tratar de llenar el silencio y el vacío que siente la persona que tiene una perdida, pero siempre se puede prestar un oído, acercar un hombro u ofrecer un abrazo, con simples acciones se puede acompañar y restablecer el ánimo de cualquiera.
  2. Cada persona reacciona diferente, saber respetar los tiempos de cada quien es vital para manejar cualquier relación. Hay que recordar que la persona que importa hoy, es el que sufre.  La atención y la comprensión siempre se deben centrar en ella, no es una situación personal.
  3. Todos en algún momento de la vida tenemos tragos amargos. El paso diario de la vida nos ofrece gran variedad de experiencias; algunas dulces, otras fuertes y difíciles; de alguna manera todos hemos probado el dolor, una disposición abierta y honesta al igual que el paso del tiempo, puede sanar y dar fe.

“Nadie puede remplazar el dolor que causa una gran perdida, pero todos tenemos la posibilidad de hacer sentir mejor a la persona que sufre. Qué tristeza seria sentir miedo o incomodidad  y dejar sola a una persona querida”

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