Todo se ve negro cuando uno vive una crisis.

Es difícil conservar la calma y/o la prudencia cuando uno pierde el control de la vida, sobre todo cuando suceden imprevistos, peleas, perdidas que descontrolan, enfermedades que molestan y debilitan o cualquier situación que rompa la rutina personal. Si además de esto, que ya es en sí, una situación inestable y susceptible, se agregan un poco más de noticias desagradables y se le aumenta mayores complicaciones que pueden suceder simultáneamente, puede ser que se justifique la predisposición para sentir que la mala suerte está de visita.

El caos generalmente saca y remueve todo tipo de emociones, actitudes y acciones que no son las más útiles, ni las más positivas. De hecho, cuando uno siente que todo está mal y esta revuelto, además de sufrir mucho, también uno se siente abrumado y atacado continuamente por todo y todos.

¿Cómo se puede romper este ciclo? Será mera coincidencia o realmente ¿hay una disposición de atraer más mala suerte cuando todo está mal?

En realidad la vida no tiene explicaciones, las cosas suceden como y cuando tienen que suceder. La pérdida de control es una condición que amenaza a cualquiera y generalmente puede quebrantar la calma y la prudencia. El pelear con la realidad, el no aceptar el dolor y la inestabilidad es en sí un problema difícil de comprender.

Sin embargo es importante reconocer que cuando uno se enoja, pierde la visión y se desconecta de la realidad, nada bueno sucede, de hecho, esto es en si la receta perfecta para lograr un caos espantoso y atormentado, después de todo cuando se llega al punto más ruin donde solo se percibe las perdidas, el dolor y los problemas, aunque en realidad tenga algunas cosas buenas y positivas, no hay manera que se les pueda reconocer y por mucho menos apreciar.

Cuando uno se encuentra en medio de una tormenta de problemas una de las mejores maneras para salir adelante pudiera ser parar la avalancha de pensamientos y aceptar la situación, sin pelearla ni reprocharla. Es recomendable tomar distancia, respirar aire fresco y retomar la calma.

No hay mal que dure cien años ni nadie que lo aguante, así que es importante repetirse a uno mismo casi como un mantra que todo eventualmente se termina, cambia o se acomoda. Así uno puede enfrentar cualquier situación difícil con valentía y hasta pueda desarrollar la capacidad para poder ver más allá del problema. Quizás hasta se puede encontrar la manera de aprender a sumar pequeñas acciones positivas que cambien los pensamientos y distraigan la atención. Es decir, focalizarse con los aspectos positivos, reconocer lo que se tiene y buscar todo lo que se pueda aprovechar.

Una sana recomendación, todo lo que te sucede, probablemente te tenía que suceder. Lo importante aquí es ¿qué vas hacer con eso? ¿Te vas a deprimir, vas a enojarte o te vas pelear con el mundo? o quizá ¿puedes aprender y ser mejor persona? La decisión siempre estar en la actitud con la que decidas actuar.

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La receta

Toma lo bueno de la vida

Ingredientes

  • 1 taza de aceptación – no pelees la realidad, déjala fluir
  • 1 pieza de perspectiva – visualiza todo lo bueno y lo malo ve más allá de los problemas
  • 2 cucharadas de confianza – encuentra razones para vivir y ser feliz
  • 1 manojo de pensamientos positivos – nutre tu mente con cosas buenas que te ayuden
  • 1 pizca de generosidad – reconoce lo que tienes y trata de compartirlo
  • 1 sobre de calma- respira, toma distancia, reflexiona y siente lo que tengas que sentir
  • Recomendación del chef: Cambia tu percepción, la vida es mucho más que lo que te sucede a ti. No se puede controlar todo lo que sucede. La vida tiene imprevistos y problemas, no porque estos suceden quiere decir que tú tienes mala suerte o que todo lo malo siempre te sucede a ti

Como cambiar la visión de los problemas:

  • Hay que elegir ver el lado bueno de los acontecimientos. Todas las situaciones tienen un aspecto positivo y uno negativo. Elije aquel que te nutra, te ayude y te fortalezca.
  • Las situaciones solo son condiciones temporales que no deben determinar la manera de percibirse a si mismo. Hay que poder ver los sucesos como eventos independientes del ser, se debe separar los problemas de lo que es la persona. Los problemas son problemas, no definen o deben limitar a nadie.
  • De todo se puede aprender y sacar algo bueno. Por más fuertes y complicados que sean los problemas, siempre hay una buena lección que aprender. Rescatar el lado bueno de las situaciones ayuda a encontrar una buena razón para vivir.

“Una disposición positiva cambia la percepción de los problemas, lo que se lastima se puede reparar”.

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