¡Otro año, otro siglo!, gritaron jubilosas Moda y Vanidad, mis etéreas amigas que a lo largo de este camino recorrido por la historia del traje me han acompañado sin dejar de intervenir con sus comentarios sabios, algunas veces, y curiosos otras. Dos seres como ellas que han mantenido el vestir a base de sus caprichos pero dejándonos siempre la opción de poder elegir, merecen nuestro respeto pues en cada prenda creada por ellas dieron las últimas pinceladas, como el sol lo hace sobre cualquier infinito cada día que amanece.
Mis etéreas amigas se han presentado ante mi, transformadas y rodeadas de flores y cautivadores aromas para que yo las recuerde siempre por ese halo de perfume que las envuelve.
-Bueno, dijo Vanidad, ahora que empieza este nuevo siglo creo que nos merecemos unas vacaciones ¿no te parece? -¡Claro que sí, respondí jubilosa!
Moda intervino que expresar su opinión acerca de este siglo XXI:
“Sabrás que los diseñadores que nacieron en los primeros años del siglo XX ya murieron, los de nacimientos más recientes se han retirado, algunos persisten en influir con sus ideas de moda de principio de siglo, y van surgiendo sin mayor impacto los modernos quienes retoman las creaciones antiguas para “modernizarlas“ con los nuevos textiles. Creo –añadió Moda-, que por el momento no podemos influir en esta etapa“.
-“Moda tiene razón –dijo Vanidad-, y es por ello que ahora nos tomaremos un tiempo para recorrer diversos países de este mundo y así disfrutar de los trajes típicos de cada región que visitemos“.
Me encantó la idea de mis etéreas amigas y las esperaré impaciente con lo que al regresar nos cuenten de aquellos lugares que visiten.
¡¡BUENA SUERTE, QUERIDAS AMIGAS!!