Donald Trump realiza el martes su primera visita como presidente de a , estado de la costa oeste que resiste la agenda antimigratoria de la Casa Blanca.

La visita se produce en un momento de alta tensión entre su gobierno republicano y el estado con tendencia demócrata más populoso del país, especialmente en asuntos migratorios.

El fiscal general Jeff Sessions acusó a California de obstruir deliberadamente la aplicación de leyes federales al ofrecer protección a los inmigrantes indocumentados.

El gobernador Jerry Brown dijo que la administración Trump «básicamente va a la guerra contra el estado de California», luego de la demanda del Departamento de Justicia para bloquear las leyes estatales que dan santuario a los inmigrantes.

«Las jurisdicciones santuario son las mejores amigas de los los contrabandistas, pandilleros, traficantes de drogas, traficantes humanos, asesinos y otras ofensores violentos», dijo Trump en su alocución semanal.

«El estado de California da refugio a peligrosos criminales en un descarado e ilícito ataque contra nuestro sistema constitucional de gobierno», agregó.

El presidente aterrizará en la base aérea de Miramar, en el sur de California, y luego acudirá a inspeccionar los prototipos del que quiere construir en la frontera con .

California figura entre los querellantes que lanzaron una infructuosa demanda judicial contra las exenciones a las regulaciones ambientales para permitir la construcción de los prototipos que reemplazarán las cercas ya instaladas en la frontera.

«Vamos a lo que esperamos sea un viaje increíblemente exitoso», dijo el viernes la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, quien además criticó a California por «negarse a cumplir con la ley federal», en alusión a los esfuerzos del estado para dar refugio a los inmigrantes y evitar su deportación.

Trump también se reunirá con militares, dijo Sanders.

Y se espera que cierre la visita con un evento de recaudación de fondos en Beverly Hills para su campaña de reelección en 2020.

– Dinero –

California y el mandatario están enfrentados en varios temas: migración, medio ambiente, marihuana y control de armas.

La visita de Trump «es parte de un esfuerzo más amplio que contrarrestar las posturas liberales sobre inmigración de California», dijo Julian Zelizer, profesor de historia y asuntos públicos en la Universidad de Princeton.

«Está tratando de apuntalar al GOP (Partido Republicano) de California para las (elecciones) de medio mandato y 2020», agregó Zelizer, en alusión a las legislativas de noviembre y la carrera presidencial.

Pese a sus posturas generalmente liberales, «California es un lugar con dinero» y el presidente ha tenido éxito con personas como Peter Thiel, un empresario de Silicon Valley conocido por sus posiciones conservadoras, así como con el rico condado de Orange, señaló Zelizer.

El diario Los Angeles Times informó que Trump recaudará hasta unos 250.000 dólares por persona para su campaña de reelección y el Partido Republicano en el evento de Beverly Hills.

– Manifestaciones –

Trump ha demorado más tiempo en visitar California que cualquier otro mandatario desde Franklin Delano Roosevelt, según los medios.

«Hasta ahora se ha enfocado completamente… en áreas republicanas», indicó Zelizer. El presidente «no es alguien que quiera ver todo el país, no es un viajero interesado en tomar el pulso de la nación».

La visita de Trump a California estará marcada por protestas tanto en contra como a favor del mandatario y sus políticas.

Alianza San Diego, que aboga en favor de los derechos de los inmigrantes, planea una conferencia de prensa y una protesta para el día previo a la llegada del presidente «con el fin de marcar el tono de la visita de Trump», dijo su directora ejecutiva Andrea Guerrero, quien agregó que los eventos y manifestaciones durarán hasta su partida.

Jeff Schwilk, fundador de San Diego por las Fronteras Seguras, dijo al Times que planea un evento de a la visita de Trump.

En otra señal de tensión mientras Trump se alista para la visita, la Unión estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) presentó una queja en una corte federal de San Diego contra la práctica del gobierno de «separar por la fuerza» a los hijos de padres que buscan asilo político.

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