¿Qué le puedes decir a una persona que regresa con el alma rota después de que tú le habías advertido que eso le sucedería? Recordarle tus palabras y decirle te lo dije… solo empeora le mal estar y finalmente no van a llegar ¡a nada! Es mejor comprender que hay ocasiones que hay que comprender que cada quien tiene que vivir su realidad y aprender de ella, a pesar de nuestros buenos consejos.
¿Será, terquedad, capricho o negligencia? Bastaría con poder ver la realidad con objetividad y ver que las cosas, las personas y las situaciones son evidentes. ¿Por qué es necesario experimentar en carne propia lo que es claro y para otros?
Muchas veces por mas de recibir los mensajes adecuados, la información suficiente, las personas esperan que los resultados serán distintos, es tan grande el deseo que sin dudar aseguran una posibilidad de un cambio milagroso. ¿Será que simplemente hay una verdadera necesidad de vivir el dolor, la decepción o la dificultad para entenderlo, experimentarlo y en los mejores casos para aprender de esto?
Edgar anda con la mujer equivocada, todos lo saben y se lo dicen, ella mayor que el, con un fuerte carácter y con muy malas relaciones personales, hace que este joven se comporte de una manera distinta con su familia, la cual lo quiere lo apoya y siempre esta a su lado.
Mucho se le explicó, se le dijo y se le suplicó, sin embargo Edgar no escuchó se mudó con Magda a vivir, ella, una mujer difícil, domínate, intolerante y poco sociable, sin embargo Él la amaba y sentía gran atracción. Al principio Edgar feliz, vivía con la mujer que quería y sentía que finalmente había elegido por si mismo sin tomar encuentra a su familia, especialmente a su hermana con la que siempre platicaba y quería tanto.
Como era de esperarse, comenzaron los problemas, Edgar ya no se miraba tan encantado, su actitud había cambiado, nada salió como Edgar esperaba, perdió su trabajo, se sentía solo y no tenia con quien hablar, después de todo ya se lo habían advertido, que ni esa mujer ni esa relación le iban a hacer bien.
Cuando Edgar ya no pudo más, se regresó a casa de su familia, donde su hermana al igual que todos en la familia estaban sentidos con el, ellos sabían el gran error que estaba cometiendo y se lo comunicaron en muchas ocasiones.
Su hermana, más que nadie sabe cuantas veces le advirtió que esto sucedería, cuando esta a punto de decirle «YA VEZ, TE LO DIJE…» se controla y no le dice nada, después de todo, esta contenta que el a regresado a casa y que en el futuro posiblemente tendrá una mejor disposición para escuchar los consejos que le hacen.
La receta
Consejos sabios
Hay que saber cuando y con quien hablar
Ingredientes:
- 1 taza de responsabilidad
- 1 taza de compasión
- 2 pedacitos de prudencia
- 1 pizca de astucia
- 1 manojo de entendimiento
- 2 cucharadas de objetividad y sinceridad
- 1 racimo de palabras claras y dulces
Recomendación del chef: si la persona no esta dispuesa a escuchar nada, ni el mejor consejo ofrecido lo podrá aprovechar.
Modo de preparación:
- Dar un consejo es cosa seria, éste puede cambiar el destino toda una vida. Es posible que muchos consejos no sean malos simplemente, quizá les hace falta parte de la información para entender verdaderamente la situación. Hablar con responsabilidad e inteligencia propicia que el consejo sea escuchado mejor.
- Las consecuencias son los mejores consejeros. Hay que analizar, saber escuchar y ver más allá de los perjuicios personales antes de poder hablar. En lugar de pensar en que es la acción adecuada se debería de preguntar, ¿qué pasaría si yo hiciera lo que estoy a punto de sugerir?
- Los consejos son útiles siempre y cunado sean hechos sin prejuicios, sean objetivos y sobretodo sinceros. De nada sirve confundir o limitar a la persona que se aconseja, el propósito del consejo es ayudar, apoyar, inspirar y motivar a la persona a que tome conciencia y haga una buena elección.
«Solamente puedes dar un consejo el día que entiendas que realmente no sabes toda la realidad, que solo quieres ayudar sinceramente a que la persona tome conciencia de sus propias acciones. Nunca para imponer tú opinión.»