Las dietas, los maratones, los cursos personales, las clases con temas novedosos que sirven para conseguir un mejor trabajo, etc… son acciones que se inician con mucha inspiración, motivación, impulso, de principio, estas acciones, marcan un camino que crea nuevas rutinas o disciplinas. El inicio siempre es con gran interés, decisión y firmeza, sin embargo al paso del tiempo, cuándo estas ya se convierten en una rutina establecida, pierden la novedad… poco a poco se diluyen y la motivación inicial de pronto se olvida y la importancia de hacer lo que se quería lograr se va al rincón mental del olvido.
¿Qué pasa? ¿Acaso no era importante el objetivo? ¿Pero en realidad el objetivo era una verdadera necesidad?
El bajar de peso, aprender algún idioma nuevo, superarse personalmente, hacer ejercicio etc. ¿son razones suficientemente importantes para mantener la motivación?
Por supuesto que todos queremos terminar con éxito lo que iniciamos, claro que nadie quiere dejar las cosas a medias, pero definitivamente algo pasa en el camino que en muchos casos el camino hace que la motivación se pierda.
Hace unos días recibí una pregunta de una mujer que decía que tiene tres hijas que ama y que son su razón para ser mejor cada día, que además quiere cambiar de trabajo y que quiere una mejor vida, sin embargo dice que hay días que estas razones no son tan fuertes y que necesita nuevas razones para motivarse. A primera vista se ve que esta mujer tiene todo para no perder el interés y mantener su visión firme para conseguir sus objetivos, sin embargo creo que aún le falta otro ingrediente que la sostenga y la dirija.
También está el caso de la persona que tiene años tratando de bajar de peso, que sabe que se va a ver mejor, tiene muchas ganas sentirse atractiva y que sabe que su sobrepeso le ha impedido disfrutar de muchas cosas, ya que se ha limitado socialmente y ni se diga, no se puede vestir como le gustaría porque que su talla es muy grande y difícil de conseguir.
Está el caso de un señor que tiene un trabajo regular, sabe que si tomaría algunos cursos nocturnos podría conseguir mejores oportunidades y quizá hasta ganar más dinero, sin embargo, él llega tan cansado después del trabajo que en las noches lo último que necesita según él es ir a estudiar a pesar de que el futuro pudiera ser mejor. El, se puede quejar, soñar por algo mejor, pero en realidad no hace nada.
Todos estos ejemplos tan distintos… y al mismo tiempo tan similares. No es el medio, ni la rutina, ni lo que se encuentra afuera lo que marca el camino para crecer, es lo que cada quien tiene dentro, son los pensamientos y las acciones que cambian el destino de la persona.
La receta
Fortaleciendo mis propósitos
Ingredientes:
- 1 taza de decisión- elección propia para lograr un objetivo
- 1 taza de determinación- disciplina y compromiso personal
- 2 cucharadas de convencimiento- motivos, expectativas y valores íntimos
- 1 manojo de actitud positiva – percepción efectiva, actitudes y pensamientos alegres
- 1 pieza de flexibilidad- reconocer los altibajos y adaptarse sin reproches
- 1 cubito de ambición –esperanza de poder ser y tener más y mejor
- 1 pizca de humildad – aprecio todo lo que se tiene y se puede aprender
Recomendación del chef: La fortaleza se logra cuando uno puede vencer a las tentaciones personales o la pereza mental. Cuando resiste los pensamientos que limitan o paralizan, cuando uno se puede sobreponer la satisfacción inmediata y placentera para lograr el autocontrol cuando uno se cuenta que la motivación surge de dentro.
Como se logran los propósitos con éxito
- Encamina tus pensamientos a lograr tus objetivos vive con decisiones firmes. Hay que recordar continuamente los propósitos para así, lograr enfocar las acciones e impregnar de fuerza interna para fortalecer el desarrollo de las habilidades personales. Un trabajo interno y personal.
- Todo el trabajo, esfuerzo y compromiso que la persona motivada tiene se traduce en conciencia que da paz y seguridad interna. Las acciones concretas que mejoran la condición de vida emocional y física, dan goce y alegría convirtiendo a la persona que las realiza en un ser satisfecho, alegre además de que ayudan a que se acerque más al cumplimento se sus propósitos.
- La vida no es un accidente sin razón de ser. Cada persona tiene su propósito único y especifico en este mundo. Por lo tanto uno tiene la obligación de descubrir su misión y trabajar con todo su corazón para realizarla. Esto, es y debería ser la fuerza que impulse todas sus acciones todos los días.
“La vida es lo más valioso que cada persona tiene, por lo tanto, hay que darle valor a las acciones, los pensamientos y todo lo que se hace mientras uno este vivo.”