¿Alguna vez te has sentido de menos? Por ejemplo, cuando te encuentras en un lugar donde el ambiente es pesado porque las personas actúan con desprecio, prepotencia o mucha autoridad. O simplemente ¿te sientes de menos porque te ignoran, se burlan o te critican? O ¿simplemente tú no te sientes cómoda sin alguna razón?
En realidad, no son solamente las personas las que te hacen sentir de menos, tu actitud y tu disposición también influye para que tú te sientas mal. Nadie tiene el poder de hacer sentir de menos a nadie, siempre y cuando la persona se valore y no permita que nadie le diga lo contrario.
Siempre habrá personas más ricas, guapas, inteligentes, famosas etc… Estas siempre han existido. Recuerda que también existen personas que son menos afortunadas, con más problemas y más carencias, que tú, y no necesariamente sabes cómo se sienten ellas cuando están cerca de ti. Es por eso, que lo importante entonces es aprender a ubicarse. Es decir, hay que estar a gusto y conforme con los zapatos con los que cada quien camina.
Hay personas fáciles que a pesar de que reconocen que hay una diferencia entre ellas y los demás, saben quiénes son ellos, conocen bien sus cualidades y se aferran a sus fortalezas. Estos individuos realmente pueden gravitar en cualquier medio sin problema. Estas personas no tienen complejos. Su carácter es fresco, positivo y siempre buscan sacar lo mejor de cada situación. Difícilmente alguien los puede intimidar o hacer sentir que son menos. De hecho se sienten mal raras veces.
Sin embargo, hay otro tipo de personas que son más sensibles, que están pendientes de las reacciones y las actitudes de los demás. Personas que son más perceptivas, reservadas y que de alguna manera distinguen la energía que se crea en determinadas situaciones. Quizá estas personas, sufren un poco más, estos son seres que se incomodan con más facilidad. Estas son exactamente las personas tienen que trabajar más en su autoestima. Aprender a ser más tolerantes porque fácilmente los pueden lastimar y con frecuencia se sienten de menos.
La lección que se busca aquí, está dedicada a entender qué no es importante como te tratan, sino cómo te sientes y como reaccionas al trato de los demás. Es conveniente reconocer tus puntos vulnerables y fortalecerlos para que tú puedas estar cómoda en cualquier tipo de compañía. Aun con personas groseras, prepotentes y creídas etc…
La receta
Valor propio
Ingredientes:
- 1 taza de respeto – reconocer el valor propio y de los demás
- 1 rebanada de confianza – afirmación interna de que todo es lo que debe de ser
- 1 cucharada de ojo noble- gratitud, perspectiva positiva, amabilidad, ver lo Bueno y constructivo
- 2 racimos de determinación – acciones continuas y dirigidas a superase, sin dejar que las cosas externas intervengan
- 1 rebanada de valor – fortaleza para enfrentar adversidades y diluir los malos tratos
- I pizca de flexibilidad – poder de adaptarse a distintas situaciones, y personalidades
Recomendación del chef: NO importa lo que te dicen, ni cómo te lo dicen. Lo importante es como lo escuchas y como reaccionas. El control lo tienes siempre tú. No dejes que nadie te haga sentir de menos.
- La mente y los sentimientos se entrenan y se pueden mejorar. Las capacidades mentales y las reacciones que se tienen son moldeables. La conciencia y la determinación por encontrar lo positivo en la vida y el concentrarse en cosas importantes y constructivas es el mejor entrenamiento.
- Hay que aprender a confiar en uno mismo y nutrir la autoestima. Estas son condiciones necesarias para fortalecer la confianza y no sentir amenaza por ideas o personas ajenas. La intolerancia al comportamiento de otras personas se relaciona con la inseguridad y las creencias negativas.
- Respetar a los demás es respetarse también a uno mismo. Cuando tratas a los demás con respeto y amabilidad, los demás aran lo mismo por ti. Tú siempre puedes marcar la pauta como quieres que te traten, dependiendo de cómo te comportas tú*.
“El valor de la persona es una condición propia que no tiene precio, no se determina por lo que tiene, ni por lo que hace. Una persona valiosa simplemente brilla por lo que es”.
*En general se habla de personas y situaciones en condiciones normales. Cuando hay abuso y maltrato, una persona sana sabe reconocer que con un loco, un enfermo o una persona extremadamente cruel, no se puede hablar de razones, por lo que es mejor alejarse y protegerse.
El alejarse de una situación peligrosa no es símbolo de debilidad ni de miedo. Al contrario es el indicador de que la persona conoce sus límites y se sabe cuidar.