La felicidad y la alegría son un viejo comercio que en los últimos tiempos se ha puesto más de moda. Todos aseguran que pueden vender la felicidad y ofrecen en todas las formas posibles para poderla adquirir. ¿Quién no quiere estar feliz, a quien no le gusta sentirse alegre?
Obvio que todos queremos vivir contentos, felices y no tener preocupaciones, ni problemas. Pero en realidad pareciera como si el único objetivo de la vida, debiera de ser feliz, vivir alegre y solo disfrutar, evitando las situaciones complicadas, estresantes y dolorosas.
Vivir una vida feliz, claro. Sin problemas, imposible, eso no es una realidad. Hasta los cuentos de hadas tienen siempre a la bruja o a un villano que se encarga de robar la felicidad y la tranquilidad de los príncipes y las doncellas. No existe una vida libre de preocupaciones.
Los problemas, las ansiedades y el sufrimiento, siempre traen consigo crecimiento, superación y fortalecimiento personal. De la alegría, se obtienen buenos recuerdos, que alivian el alma, alegran la vida y dan buenos motivos para vivir, los cuales además ayudan a compensar el trabajo de los otros momentos no tan gratos. Esto no quiere decir que porque solo se crece cuando se sufre hay que sufrir más y estar alegre menos.
Pero hablando de la alegría y la felicidad, ¿porque tanta importancia?
Es esencial tener una actitud positiva y una buena disposición, porque esa es la mejor manera de vivir la vida. Hay que estar feliz porque se tiene el privilegio de estar vivo. Porque tiene salud. Porque se puede disfrutar del sol, del aire, de la lluvia… porque hay que vivir y es mejor vivir bien.
La alegría no tiene nada que ver con el dinero, con la fama, ni con el éxito a pesar de que todas estas condiciones pueden influir o ayudar, esto, no determina la esencia de la felicidad. La alegría es una actitud y una manera de vivir, son los pensamientos y la manera de expresarse y la forma de ser.
Pareciera que sería conveniente de reprogramar los pensamientos, de las gentes negativas, frustradas y enojonas, para poder encontrar las razones reales por las cuales uno debe de ser feliz. Hay que descubrir la fuerza interna que cada persona tiene para poder tener una mejor actitud frente a la adversidad.
Cuando uno es feliz, simplemente porque sabe estar agradecido por lo que tiene, por lo tuvo o lo que conoce… aun cuando las cosas no son lo que quisiera. La alegría le permite ver la vida llena de oportunidades, con gente interesante y con posibilidades.
La buena actitud se contagia y crea una cadena de actitudes positivas que alivian el dolor, mejoran el sabor de la amargura y conectan a la persona con un mundo bondadoso, abundante y sensible. Cuando se pierde la habilidad de reír, de compartir, de ser feliz y de dar, uno de desconecta del mundo, se ciega y se aísla. No hay manera de que una persona así, pueda tener una buena vida.
Por eso hay que hacer todo lo posible para encontrar las razones que alegran la vida y buscar la felicidad en la vida que se tiene. Así, se tendrá mejores posibilidades para encontrar nuevas razones para ser feliz y crear un comportamiento productivo y efectivo.
Verdad que vale la pena esforzarse para ser feliz… y no es de fingir es real, tu tiene muchas razones por las cuales debes de estar feliz y agradecido, a lo mejor no las reconoces o no las quieres ver. Te invito a que las encuentres, realmente vale la pena.
La receta
Busca la alegría en tu vida
Ingredientes
- 1 taza de sonrisas- acciones concretas que se contagian para expresar alegría
- 1 cubito de bondad – cortesía, atenciones y empatía
- 2 cucharaditas de ojo noble- juzgar con bondad, buenas intenciones y buena actitud
- 1 chorrito de gratitud- agradecimiento por la vida que se tiene
- I pizca de fe – esperanza y[BK1] confianza en que todo tiene una buena razón
Recomendación del chef
Siempre hay que buscar una razón para estar contento aun cuando las cosas no se vean bien. Si no tienes nada por lo menos ponte una sonrisa en tu rostro, pronto el mundo té dará la razón por la cual valió la pena sonreír.
Modo de preparación
La expresión de tu rostro influye en cómo te tratan los demás. Una sonrisa otorga una sensación de bienestar. Es una acción que tiene recompensa inmediata, alienta las acciones positivas, eleva al espíritu, y te conecta con los demás.
La alegría modifica y dulcifica nuestro interior e irradia calidez. La actitud externa puede cambiar el modo como nos apreciamos internamente. El alma necesita sentir la conexión y el calor humano poder sentirse viva.
El sonreír, buscar la alegría y tratar de ser feliz no implica olvidarnos o negamos de nuestros problemas, simplemente es dar una buena cara a todos los que nos rodean, siendo corteses y emanando una buena actitud. La sonrisa exhibe nuestra gentileza, abre los canales de comunicación y resulta contagiosa.