Obvio, el vaso se ve medio lleno o medio vacío… por lo tanto, la pregunta no es como está el vaso, sino más bien ¿cómo es que tu vez el vaso? Esta es la verdadera cuestión. La actitud determina la percepción la cual a su vez enfoca la atención. Si uno se concentra en lo positivo, lo bueno lo grandioso su enfoque será más alegre, gratificante y posiblemente pueda encontrar más oportunidades para disfrutar. Si uno continuamente ve lo malo, lo que no funciona y lo que está mal, es muy posible que las experiencias que tenga sean más amargas y los recuerdos sean negativos y las relaciones más complicadas.
Así por ejemplo, dos personas asisten a un mismo evento, se sientan en la misma mesa, comen la misma comida y sin embargo su experiencia es tan distinta que hasta pareciera que verdaderamente estuvieron en dos eventos diferentes. Para uno el evento fue un encuentro familiar divertido, con comida exquisita y arreglada con un muy buen gusto y personalmente, lo disfruto y la paso muy bien. De hecho, el tiempo se le fue tan rápido, que no supo porque termino la fiesta tan rápido. La otra persona, pensó que el evento no estaba bien organizado, que además no tenía ningún detalle apropiado para la ocasión y además no encontró gente con la que tenía mucho de que platicar, le dio gusto que se tuvo que salir pronto. En realidad, es posible que dicho evento, ni estaba tan feo, ni tan espectacular, sin embrago la actitud de ambos determino su experiencia.
Si uno tiene un mal día, se siente abrumado y esta con problemas, posiblemente su atención se dirija a lo malo. Cuando no se tiene algo bueno dentro del corazón, es difícil ver cosas buenas, aunque allí se encuentren. Igualmente pasa cuando uno está contento y siente que todo le va bien, el lente que enfoca la vida es mucho más claro, fácilmente se pueden percibir las bellezas, las oportunidades, sienten alegría y viven con más entusiasmo y paz.
Lo bueno de ambas situaciones es que uno puede aprender a reconocer sus sentimientos y el cómo está percibiendo las cosas e inmediatamente puede hacer ajustes y redirigir su atención hacia aspectos constructivos y positivos, para que de inmediato, su actitud cambie y la vida le comience a fluir.
Es importante aprender a sazonar la vida con alegría y dejar de quitarle el sabor de angustia y tristeza. Más fácil decirlo que hacerlo, pero si se puede lograr. Para eso tenemos una buena receta.
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La receta
Desarrollando la conciencia en uno mismo
INGREDIENTES
- 1 taza de conciencia – habilidad para percibir el estado de ánimo que se está sintiendo
- 1 sobre de tolerancia – capacidad para aceptar la incomodidad sin reaccionar
- 2 cucharadas de constancia – practica continua y disciplina
- 2 trozos de buen ojo- encontrar lo bueno, actitudes positivas, disposición alegre
- 1 rebanada de fortaleza – aguante y fuerza para dominar los impulsos y poder cambiar
Ganas de vivir bien al gusto
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
Es importante reconocer los sentimientos que se crean en todas las situaciones. Las emociones son herramientas muy poderosas que tienen efectos inmediatos en la manera de pensar, actuar y percibir el mundo.
MODO DE PREPARACIÓN
La vida es como cada quien la quiere ver. Nadie puede cambiar la precepción de tu vida si tú realmente no lo deseas. Por un lado se puede tener una razón para apreciar y disfrutar todo lo que se tiene, por el otro, se puede encontrar una razón para quejarse y reprocharle a la vida.
Desarrollar la conciencia en sí mismo, es entender todo aquello que te hace ser tú. La sinceridad de la aceptación y la confrontación con uno mismo, crea personas seguras, con apertura y dispuestas a mejorar sus errores para convertirse en mejores personas.
Crear conciencia personal implica vivir mejor. La satisfacción personal se incrementa a medida que una persona reconoce sus estados de ánimo, las situaciones que le provocan malestar y además es capaz de poderlas controlar.
La felicidad y el bienestar estados mentales que se pueden aprender a obtener por medio de la conciencia en sí mismo, llenan de energía y aumentan el apetito por la vida.
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