NOMBRES EN LA MODA
Muchos personajes del siglo XIX, orgullosos de sus nombres, verían hoy -si pudieran- en lo que se convirtieron: lord Raglán es ahora un estilo de mangas; el conde Cardigan se convirtió en chaqueta de punto; lord Spencer en chaqueta corta; Amelia Bloomer en calzones anchos; el trapecista Jules Leotard en pantimedias; lord Wellington en botas altas, sin vuelta en su borde; el modesto Levi Strauss en pantalones; el duque de Norfolk en chaqueta de tweed y Maillot en mallas, por mencionar sólo algunos.
ARGUCIAS FEMENINAS
Siglos y siglos pasan y las mujeres continúan luchando por la igualdad de derechos entre ambos sexos, y para conseguirlo han tenido que recurrir al disfraz: en la ciudad de Brooklyn, USA, allá por 1897, sucedió que un electricista fue sorprendido por una descarga eléctrica que lo desmayó. Fue conducido al hospital y menuda sorpresa se llevó el médico en turno al pretender auscultar el área de su corazón, pues se dio cuenta de que se trataba de una mujer. Cuando ésta reaccionó, explicó que había adoptado los trajes de hombre para conseguir trabajos mejor remunerados.