OTRA VEZ LO MISMO
1925 fue determinante para la indumentaria femenina, pues en aquel año se acortaron las faldas hasta las rodillas. Una moda revolucionaria que no sólo fue censurada en Europa, sino también en América. Causó tal impacto que el arzobispo de Nápoles de aquella época se atrevió a decir que el terremoto en Amalfi, fue debido a un enojo de Dios, consecuencia de aceptar las faldas cortas en el vestuario femenino. Los legisladores de varios estados de Norteamérica trataron de imponer su criterio moral como en el caso de Utah y Ohio, donde presentaron proyectos de ley para aplicar multa y encarcelamiento a las atrevidas damas que usaran en la calle falda más arriba de 7.5 cms. de los tobillos. La historia no terminó ahí pues muchos años después, congresistas peruanos presentaron un proyecto de ley para prohibir el uso de las minifaldas en las oficinas públicas y privadas del Perú, alegando que tales prendas «incitan a la lujuria». Claro que al igual que en los años veinte, ahora también hubo defensores, tachando a los santurrones de «mal gusto».
ORIGEN DE LAS COMPUTADORAS
En el Siglo XIX el invento de Joseph-Marie Jacquard revolucionó los bordados que durante cientos de años se hicieron a mano. Jacquard utilizó en los viejos telares tarjetas perforadas para obtener mecánicamente las telas con dibujos de colores.
Un dato curioso es que el invento de las tarjetas perforadas fuel principio de los actuales ordenadores. Jacqguard marcó la pauta para que luego el inglés Charles Babbage se convirtiera en el «padre de los ordenadores», al usar en aquella época el procedimiento de las tarjetas perforadas en su famosa «Maquina Analítica».