En el presente no existen los niños elegantes, ni los bien vestidos. Simplemente son niños que se ponen Ío que quieren y, sobre todo, lo que no quieren sus padres que usen. Pero si nos transportamos al pasado, veremos que existió «la elegancia infantil» y era copia en miniatura de la de tos padres, pues no se había creado una moda especializada para tos infantes. Un dato curioso es que los niños sufrían la rigidez de sus ropajes, ya que cundió la creencia de que corrían el peligro de «partirse» si se les dejaba con ropa suelta. Los corsés fueron parte integral del vestuario infantil, costumbre que fue abandonada hasta finales del siglo XVII
En México el guardarropa de una mujer actual de clase media o alta, se compone de gran diversidad de vestidos, faldas, pantalones, blusas, suéteres, chaquetas, ropa interior, zapatos formales, tenis y un sin fin de accesorios. Pero hace 300 años, las prendas de las damas del virreinato variaban poco pues era tan costosa su hechura que no podían desecharse, sin contar que la simple limpieza de cada vestido era una labor delicada. Así que tales costosos vestidos se convertían en objetos de herencia por lo que podían durar varias generaciones, sobre todo los trajes de novia.