El departamento de Defensa de Estados Unidos se ha negado a cumplir una petición preliminar del presidente, Donal Trump, para construir centros de detención para los migrantes de la caravana centroamericana, que se encuentra ya en la capital mexicana, según se ha informado este lunes.
La negativa del Pentágono refleja la tensión en el seno del Gobierno por la decisión de Trump de emplear recursos militares para contener a los miles de centroamericanos que desde hace semanas se dirigen a Estados Unidos en busca del ‘sueño americano’.
Trump ha ordenado desplegar a más de 7.000 efectivos (5.000 militares y 2.000 miembro de la Guardia Fronteriza) en la frontera con México, si bien ha advertido de que, si es necesario, el número de militares en la linde podría llegar hasta 15.000.
El magnate neoyorquino incluso declaró públicamente que, si los migrantes intentan entrar por la fuerza en Estados Unidos, los uniformados podrían disparar contra ellos. Horas después, se retractó ante la ola de críticas generadas. “No dispararán”, dijo, aunque subrayó que sí podría haber detenciones.
Naciones Unidas recordó a Estados Unidos que “las fronteras militarizadas no suelen disuadir a los que intentan cruzarlas” y pidió a los países implicados priorizar el enfoque humanitario, alejando este tema de “la discusión política”.
Este recrudecimiento del discurso migratorio coincide con la campaña para las elecciones parlamentarias que se celebrarán el próximo martes en Estados Unidos, en las que los republicanos se juegan su hegemonía en el Congreso, y que servirán además para medir la popularidad de Trump en el ecuador de su mandato.
La caravana partió el pasado 13 de octubre con 1.300 personas de la ciudad hondureña de San Pedro Sula. Una semana después llegaba a la frontera de Guatemala con México sumando más de 7.000. Desde entonces, avanza por territorio mexicano rumbo a Estados Unidos.