Uno de los factores que está generando incertidumbre sobre la economía mexicana es la elección presidencial en . Explico por qué.

El presidente  no tiene, hoy, asegurada su reelección. De acuerdo al sitio de apuestas de predictit.org, existe un 55% de probabilidades de que los demócratas ganen la Presidencia en las elecciones de noviembre de 2020 y un 45% de que los republicanos se queden en la Casa Blanca. Es, prácticamente, un volado.

En condiciones de normalidad política, con una economía sólida creciendo, Trump no tendría muchos problemas para reelegirse. Sin embargo, ni estamos en una situación de normalidad política ni la economía está tan sólida como parece.

En cuanto al crecimiento económico, los datos más recientes demuestran que se está desacelerando. En el horizonte comienzan a aparecer nubarrones que podrían producir una recesión el próximo año. Diversos modelos de predicción le dan alrededor de un tercio de probabilidad de que esto suceda en los próximos 12 meses. Cuando empezó el 2019, dicha probabilidad estaba en un diez por ciento.

En cuanto a la política, pues Trump no es un presidente tradicional. Por el contrario, ha roto los paradigmas de cómo hacer campaña en su país. Típicamente, una vez que un candidato ganaba la Casa Blanca, procedía a ampliar su coalición electoral para asegurar su reelección. Trump, en cambio, se ha dedicado, estos tres años, a cortejar a la misma base social que lo llevó a la Presidencia. En lugar de moderarse, continúa polarizando. Esto ha generado que, hoy, de acuerdo a las encuestas, lo apoye un 40% del electorado. Este porcentaje no sólo lo respalda sino lo adora. Es un muy intenso. Con esta cantidad de votantes, debido al sistema electoral indirecto, puede ganar. Como en 2016, incluso podría volver a perder el voto popular, pero llevarse la elección al cosechar más delegados en el Colegio Electoral.

El tema es que, hoy, Trump no la tiene fácil para reelegirse. Recordemos que es un hombre de un narcisismo exacerbado que no está acostumbrado a perder. En este sentido, hará todo lo posible por ganar la elección de 2020. No se va a tentar el corazón para nada. Y , como en 2016, será una de sus piñatas favoritas, porque pegarle a nuestro país le encanta a su base electoral. Nos va a golpear en tres temas: migración, comercio y drogas.

El asunto comercial es particularmente relevante para la economía mexicana. No sólo porque, en cualquier momento, Trump nos vuelve a amenazar con imponernos aranceles, como lo hizo en junio pasado, sino por la aprobación del nuevo tratado comercial de América del Norte conocido como T-MEC. Hoy, de acuerdo a las apuestas en predictit.org, hay una escasa probabilidad de 28% de que el Congreso estadunidense apruebe este tratado en este año. Si, efectivamente, no pasa en 2019, es poco probable que el próximo se ratifique por ser 2020 un año electoral.

Mientras tanto, seguirá vigente el TLCAN. No se puede descartar, sin embargo, que en un arranque populista, Trump vuelva a amenazar con retirar a Estados Unidos de ese tratado, frustrado porque los demócratas en la Cámara de Representantes no le aprobaron el T-MEC que él negoció.

Agréguese que muchos de los demócratas que están compitiendo por ser el candidato presidencial de su partido son igual o más proteccionistas en materia comercial que TrumpElizabeth Warren, quien hoy es la que va arriba en las apuestas de predicit.org, con un 30% de probabilidades de ser la candidata demócrata, se ha pronunciado en contra del T-MEC, al que ha descalificado como un TLCAN 2.0, y tiene la idea de que los tratados comerciales deben tomar más en cuenta los intereses de la clase trabajadora de su país.

Todo este ambiente le ha inyectado una dosis de incertidumbre política al futuro de la relación comercial de México con Estados Unidos. En este contexto, muchas empresas han decidido esperarse para ver si invierten en nuestro país hasta que haya una mayor claridad de quién será el candidato de los demócratas, cómo será la competencia presidencial y quién será el ganador en los comicios de noviembre de 2020 en el vecino del norte.

                Twitter: @leozuckermann

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