El derecho al voto, argumentó la doctora Juana Vera López, investigadora del Dpto. de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), es una de las garantías fundamentales de la democracia, puesto qué nos deja escoger a nuestros gobernantes. En el contexto histórico mexicano, apuntó la doctora, la primera tentativa por agenciar a las mujeres en el gobierno de sus sociedades, ocurre en 1916, por parte de Hermila Galindo, quien solicita al Constitucional la posibilidad del voto femenino; solicitud qué no fue tomada en cuenta para la constitución de 1917.
Eventualmente, recapitula la académica, en 1953 las mujeres acceden al voto democrático; es el 3 de julio de 1955, hace 67 años, que en México las mujeres emitieron por primera vez su voto y, por ende, empiezan a mostrar agencia en la política nacional. Desde entonces, se ha buscado la representatividad femenina en las candidaturas en todos los niveles del poder. Esta paridad de género quedó establecida oficialmente en 1966, pero se materializó a nivel jurídico en 2014, con la reforma a la ley del artículo 41.
Como resultado de las sucesivas aplicaciones de esta paridad, señaló la académica, en 2018, México fue reconocido el país con mayor porcentaje de mujeres en los parlamentos, esto entre países miembros de la OCDE, destacando la presencia femenina en la cámara de diputados y senadores.
La transición hacia la paridad de género también se ha dado mediante la composición de los poderes gubernamentales, algo que la doctora ejemplifica citando a la sexagésima cuarta legislatura, definida como de la paridad de género, y que conforma una mayor institucionalización de la paridad de género. A pesar de esto, la doctora también resaltó una investigación en la que fue participante durante 2021, y en la qué se estudió, según lo describe, de una manera cuantitativa, la violencia política (en razón de género) presente en la contemporaneidad mexicana, particularmente en la cantidad alcaldesas y diputadas.
Para finalizar, la doctora apuntó a una necesidad de seguir luchando por la integración política de las mujeres en los congresos, desde una perspectiva estadística, crítica y cuantitativa.