En su visita a la Casa Blanca, el presidente Andrés Manuel López Obrador no dejó pasar la oportunidad de resaltar que los precios de la gasolina en México son más baratos que en , debido al programa de estímulos que semana a semana publica la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Actualmente, en Estados Unidos, el precio promedio a nivel nacional de la gasolina regular es de 25.334 pesos por litro, mientras que en México se encuentra en los 21.825 pesos, es decir, 13.8 por ciento más barato.

Al revisar a detalle los precios de la frontera estadounidense con la mexicana, nos encontramos con esto.

El estado de  empezó la semana con un precio de 32.97 pesos por litro, uno de los precios más altos de todo Estados Unidos.

A unos cuántos kilómetros, en , Baja California, el precio se encuentra en 21.19 pesos.

Respecto a Arizona, el precio promedio al público se estableció en 27.20 pesos por litro.

En tanto, en las gasolineras mexicanas ubicadas en Nogales, Sonora; se ofrece un precio que ronda los 18.03 pesos.

Para el caso de Nuevo México, se puede encontrar un precio de 24.37 pesos por litro, mientras que sus vecinos de Ciudad Juárez, Chihuahua, registran un precio promedio que no pasa de los 17.02 pesos.

Texas ofrece el menor precio de gasolina en la zona fronteriza, con un costo promedio de 22.89 pesos por litro.

Sin embargo, al cruzar el paso fronterizo se siguen encontrando precios más competitivos como en Jiménez, Coahuila (19.45 pesos); Anáhuac, Nuevo León (20.40) y en Reynosa, Tamaulipas (17.79).

Alicia Zazueta, vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (Ampes), señaló que la demanda en zonas de Tijuana o Mexicali se incrementó hasta 30 por ciento, debido a que muchos automovilistas de estados como California o Texas ‘cruzan’ la frontera para comprar combustible.

Para poder seguir siendo competitivos una vez que pase la actual coyuntura mundial, México podría pensar en no sobre regular el sector, ya que eso impide ganarle terreno al mercado estadounidense.

“La regulación en Estados Unidos es más simple, más sencilla. No tenemos tantos instrumentos jurídicos para regular una estación de servicio. Allá realmente el americano es muy práctico, muy simple, y es un sistema basado en la confianza. El americano confía en el control. Claro que cuando existe alguna situación de incumplimiento, las sanciones son más fuertes”, dijo.

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