¿Te has puesto a pensar realmente cual es el significado de las preguntas y las tradiciones de pesaj? ¿Por qué la noche de seder realmente es diferente a todas las demás? ¿Por qué el Jametz y Matza en esta ocasión son extremos excluyentes que no se pueden juntar? Una respuesta fácil y correcta puede ser por tradición, eso es pesaj; efectivamente, pero ¿qué hay de esa tradición, que nos dice o nos enseña?
En realidad estas simples preguntas, estas acciones que aprendimos y transmitimos son más que una tradición; Estas preguntas, esta noche y esta costumbre, son vivos testimonios que nos definen, nos recuerdan y nos reconectan, no solo con nuestra historia, sino que también con la esencia de nuestro ser.
Pesaj nos enseña que tenemos que definirnos, tener claridad y saber diferenciar, el quitar el Jametz de la casa y no mezclarlo con la Matza, estipula claramente que en esta vida hay que tener compromiso y decisión, que hay que esforzarse y trabajar más de lo normal. Que a pesar de que en ocasiones podemos tener de todo, hay ocasiones donde hay que limitarse y seguir las reglas.
Esta tradición que nos enseña a vivir respetando el compromiso, quizá una acción que no tuvimos elección, pero que evidentemente tiene impregnada miles de años de historia. Aquí más que en ninguna otra ocasión no se puede confundir, los opuestos no se mezclan. O respetas pesaj, o no respetas, pero no hay negociación. El Jametz y la Matza representan ideas contrarias, valiosas y bellas cada una por su parte, en esta ocasión, no se pueden juntar, al contrario es necesario separarlas y alejarlas una de la otra.
Una persona que encuentra la fortaleza para seguir el compromiso de una simple tradición, es una persona que eventualmente puede también tener el valor para diferenciar más aspectos en su vida personal. Personas que continuamente encuentran excusas para justificar su falta de compromiso, también encuentran razones y explicaciones para no respetar pesaj y hacer el seder como la costumbre requiere.
Una tradición que delimita y requiere un compromiso sin contradicción o justificación, curiosamente, libera, fortalece el carácter y más aún reconecta con la esencia personal, creando un ser pleno, seguro y definido.
Seguir las tradiciones, cantar las canciones, vivir el seder como una noche diferente a las demás, más que una noche distinta, es un símbolo de libertad, que empodera y reafirma no solo el carácter personal, sino que también el judaísmo y sus bellas enseñanzas.
Tú eres responsable de tus acciones, cuando aceptas la tradición, tu obligación se convierte en tu identidad y esta, te da más que seguridad, te regala un motivo para vivir. Disfruta y comparte esta bella tradición que realmente enriquece tu vida. Haz de esta noche como dice la canción una noche distinta a las demás, una noche para celebrar y para recordar.
Feliz y kosher pesaj