Que bello es el mundo prefecto donde la madre dice, su hija hace lo que se le pide; es fácil y cómodo es cuando se dan órdenes y estas se cumplen sin cuestionarse, después de todo, se sabe que toda mamá quiere lo mejor para sus hijos y además, nadie conoce mejor sus hijos que ella.
Lastima que hasta este mundo de fantasías lleno de ingenuidad y de ternura terminan pronto, en un abrir y cerrar de ojos, la niña que adoraba a su madre, crece, la reta y la contradice, todo lo que un día era una regla entendida, ahora es un motivo de discusión, de duda y de pelea.
Cuando la adolescencia toca la puerta, la armonía sale por la ventana. Afortunadamente esta es una época, la cual se madura y se crece. Lo más importante en estos momentos es tratar de tener la mejor relación posible para no crear cicatrices que sean dolorosas y difíciles de sanar.
Rita se fue de su casa después de la ultima discusión que tuvo con su mamá, ella no podía seguir peleando por permisos no le van a conceder; quiere tener fiestas en la casa, salir con el novio y no avisar a donde esta, no quiere reportarse y por supuesto quiere toda la libertad; ella se siente, guapa, poderosa e invencible, quiza un poco altanera, pero por que no, eso viene con su bella edad.
Judith, su mamá, esta muy enojada y con justa razón, se preocupa por su hija, sabe que su educación es muy importante y que las fiestas, los novios y las malas compañías solo le van a traer problemas. Judith es una madre protectora, trabajadora y tiene muy claros los valores y las acciones que se deben de seguir.
En la casa Judith esta viviendo momentos de crisis e inestabilidad. El mundo de obediencia y respeto se esta perdiendo, Rita creció y se convirtió en una adolecente rebelde. Judith tiene dos opciones, puede seguirse imponiendo y esperar que su hija entre en cintura o puede ceder ciertas batallas y hacer ajustes en su relación para que su hija regrese a la casa y puedan aprender a tener una nueva relación.
No se trata de juzgar y ver quien tiene la razón, simplemente hay que ver por el bienestar de la relación familiar.
La receta
Armonía en la adolescencia
Ingredientes:
- 1 taza de conciencia y consideración; entender la etapa de desarrollo que es
- 1 ramita de respeto; limites claros, ejemplo, valores
- 2 cucharadas de libertad; favorecer la individualidad e independencia
- 1 manojo de confianza y seguridad; reafirmar el cariño y la estabilidad del hogar
- 2 cucharadas de comunicación continua; palabras firmes, consejos prudentes
- 1 manojo de apoyo; atención incondicional siempre y cuando sea requerido
- 1 lata de conocimiento pleno de las necesidades, personalidad e intereses
Recomendación del chef: Entiendo que mi adolecente esta pasando por una época difícil, lo más importante hoy, es poder conservar la calma. No voy a imponer mis ideas, le voy a ofrecer mis consejos, esto también pasara.
Modo de preparación:
- La adolescencia no debe de ser una lucha sino un periodo de desarrollo personal. Para sobrellevar esta época hay que actuar con inteligencia no con imposiciones; Hay que otorgar la libertad necesaria para establecer una individualidad e independencia saludable, para poder ser un adulto exitoso.
- Una batalla para retomar el poder es una pelea perdida. Hay que elegir las cosas verdaderamente importantes para luchar, hay que pensar en el futuro, tomando una actitud calmada y viviendo un día a la vez. Mejor enfocarse en la educación, el respeto y la salud, más que en detalles sin mucha trascendencia.
- Recordar que cada adolecente tiene un carácter propio con necesidades e intereses distintos. No hay dos personas iguales, el éxito para lograr una verdadera armonía en esta etapa radica en ajustar las acciones y las expectativas de cada joven. Es vital enfocarse en el carácter del adolecente sin criticar sus acciones, entender el motivo que los estimula a desenvolverse.
Enseña a tu adolecente a manejar su carácter, reconoce sus fortalezas, entiende sus desafíos y se tú, su mejor ejemplo, te lo va agradecer y reconocer cuando madure.