Todo se ve negro cuando uno se encuentra dentro de una crisis; pareciera que los problemas atrajeran aun a más dificultades y mayores complicaciones. Cuando uno cree que ya comienza a sentirse un poco mejor, nuevamente caen nuevos imprevistos que hacen que cualquiera pueda perder la cabeza. Pareciera como si fuera una maldición o un castigo, donde todo lo que pudiera pasar en un mal momento se junta y crece como una bola de nieve. Cuando uno está en medio de una tormenta hay solo una manera de salir adelante: teniendo calma, paciencia, enfrentado la situación con valentía y aprendiendo a sumar; es decir, focalizarse en los aspectos positivos, reconocer lo que se tiene y buscar lo que se pueda aprovechar.
Laura sintió que el mundo se le derrumbaba. En el corto tiempo de una semana, su marido se fue de la casa, su suegra tuvo que ser hospitalizada de emergencia y Laura tuvo una gran discusión con su cuñada. Pero lo más duro fue cuando volvió del sanatorio y encontró a su hijo mayor en un mar de lágrimas. El niño acababa de descubrir por medio del Facebook que era un hijo adoptado y que nadie le había dicho nada. Navegando Internet se encontró con su padre biológico quien le informó de la adopción. El niño se sentía desesperado.
Laura sintió rabia, impotencia y mucho dolor. Sentía que su vida se había derrumbado, no tenía puerta de salida o luz que pudiera encontrar para sentir un poco de alivio. Esto comenzó a cambiar luego de hablar con una buena amiga que la escuchó con paciencia y con cariño. La amiga le explicó que nadie escoge cuando ni donde surgen las cosas, pero que todos podemos elegir como reaccionamos ante estas; el dolor es inevitable, el sufrir es opcional. También le ayudó a entender que la forma en que se miran y abordan los problemas hace una gran diferencia. Podemos restar, lo que implica ver solo lo negativo y pensar en términos de pérdida o podemos sumar, descubrir el lado positivo que ayuda a que uno se enriquezca y fortalezca.
Laura escogió por aclararle a su hijo como sucedió la adopción, pero en vez de abordarlo como una tragedia se concentró en los aspectos positivos, el hecho que su esposo quiere tanto al niño que lo adoptó como si fuera propio y el hecho que el padre biológico también se interesó por él. Luego de la conversación, Laura sintió un cierto alivio y le dio entrada a la posibilidad de que el padre biológico pudiera ayudar eventualmente. También se acercó con su suegra y su cuñada y les demostró el gran cariño que les tiene a pesar de sus problemas matrimoniales y reconoció que su esposo aún estaba al pendiente de la familia y estaba dispuesto a tratar de salvar la relación.
Recetas para la vida®
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Sazonado los problemas con una actitud positiva
Ingredientes:
- 1 taza de calma
- 1 pieza de elección positiva
- 2 cucharadas de fe
- 1 manojo de palabras nobles
- 1 pizca de entendimiento
Condimentos:
Confianza, aprecio y distancia
Recomendación del chef: Cuando te concentras en los aspectos positivos los problemas se diluyen y es más fácil superarlos.
Modo de preparación:
- Hay que elegir ver el lado bueno de los acontecimientos. Todas las situaciones tienen dos puntos de vista: el positivo y el negativo. No se puede tener dos pensamientos en la mente al mismo tiempo. Si se tiene uno, el otro desaparece.
- Es importante no dejar que las situaciones determinen como nos sentimos y nos comportamos. Cuando logramos separarnos un poco de nuestros problemas, y no permitimos que estos definan como nos conducimos, podemos dejar una gran carga de lado y estamos en una mejor posición para buscar como poder solucionar la situación.
- De todo se puede aprender y sacar algo bueno. Por más fuertes y complicados que sean los problemas, siempre hay una buena lección que aprender. Rescatar el lado bueno de las situaciones nos ayuda a veces, a encontrar una buena razón a lo que nos sucede, nos permite enfrentar mejor la situación y nos otorga una mayor tranquilidad.
«Cuando hay una disposición positiva, todo lo que se lastima se puede reparar».