Como duele cuando uno ha sido lastimado, menospreciado o humillado. Tener que escuchar y aguantar insultos o malos tratos, es horrible. No existe razón lógica o sana por la cual existan personas que tengan la autoridad para poder gritar y mal decir tonterías; estas son gente fea, sin conciencia, ni respeto propio. El ser grosero, déspota o prepotente es solo el reflejo de la persona que lastima, generalmente estos individuos tienen poca autoestima y sus ofensas proyectan su poco amor propio, no tiene nada que ver con la persona a la cual insulta.
Nadie tiene el derecho de ofender o lastimar a nadie bajo ninguna circunstancia.
Por supuesto que nadie te puede lastimar si tú no lo permites. Sin embargo, también es cierto que hay situaciones en donde los insultos y las agresiones suceden a pesar de que no deberían de suceder. En esos casos las palabras son filosas, muy dolorosas e incomodas, por más fuerte y equilibrado mentalmente sea la persona que la lastima.
A pesar de que se puede tratar de entender y procesar cualquier tipo de comentarios, insultos, humillaciones etc. recibido, el dolor que se siente es auténtico. De que duele, duele. Es por eso que es importante poder entender y diferenciar lo que se escucha de la realidad; Evitando así la sensación de vacío que deja una humillación.
Los problemas y los conflictos son inevitables. Después de todo, la vida es complicada y desafortunadamente ocurren incidentes desagradables. La elección de sufrir o crecer es completamente personal. Se puede actuar positiva y adecuadamente al transformar cualquier encuentro doloroso en una increíble oportunidad de crecimiento y desarrollo personal o se puede sufrir y caer en el juego enfermo y la devaluación personal.
Esto no quiere decir que hay que sufrir para crecer y madurar, pero definitivamente de la felicidad no se forjan tantos desarrollos personales como del dolor.
Cuando un pariente, un jefe o un amigo insulta existen tres opciones para actuar: Uno: ser grosero y reaccionar igual de pelado, reclamando y bajándose a su nivel provocando una pelea desgastante y enferma. Dos: ignorarlo, esperando que se baje la locura y el coraje del chiflado que grita y lastima, o Tres: aguantar los sentimientos propios como los machos, sin engancharse reconociendo que uno es capaz de desligarse del problema.
El secreto y el mejor consejo para poder aguantar y no caer en una lucha perdida, puede ser que hay que recordar que los locos, los borrachos, los gritones o cualquier tipo de persona que quiera abusar emocionalmente de uno, son simplemente eso, personas enfermas, tontas y perdidas con poca autoestima y con la necesidad de lastimar y aplastar a los demás para que ellos se sientan mejor.
También es importante recordar que uno es una persona valiosa; con una vida distinta a la del individuo espantoso que lastima. Así se reafirma la tolerancia y capacidad de permanecer calmado, sin dejar que la sangre hierva y se suba a la cabeza, evitando tomar los insultos personalmente.
La receta
Validando tú persona
Ingredientes:
- 1 taza de fortaleza- aguante ante una situación difícil y dolorosa
- 1 taza de tolerancia – compasión por la persona que le falta autoestima y auto respeto
- 2 manojos de inteligencia – reconocer la diferencia entre las palabras huecas y la realidad
- 1 cucharada de distancia – protección y separación mental de la situación
- 1 pieza de conciencia – aceptar la situación sin escusas o reproches
- 1 pieza de amor propio – recordar el valor propio y no dejarse llevar por el dolor
Recomendación del chef: No dejes que el dolor de las palabras huecas te quite tu luz y tu paz. Recuerda que este es solo un mal momento y lo vas a superar. Tú no eres la persona que estas hiriendo. El amor propio y la tolerancia aun cuando nos lastiman, ayudan a desarrollar un músculo espiritual que se necesita fortalecer.
Como superar el dolor de una humillación
- Es importante estar consciente de las debilidades propias. Cuando se reconoce lo que uno carece y se le acepta, nadie más lo puede menospreciar. Solo lastima lo que toca fondo y tiene el poder para despertar el malestar que está latente dentro de uno mismo si uno lo permite.
- Aprender a controlarse es una acción que trae grandes satisfacciones. El desafío consiste en retener la confianza en el momento en que parece más difícil y hay más aflicción. La alegría llega cundo uno puede conquistar sus impulsos negativos que solo provocan malestar y conflictos. Hay que reconocer que no por que otros lastimen, uno también lo tiene que hacer.
- Busca todo lo bueno que una mala situación te puede dejar. Si te lastiman te fortalecen, si te critican te hacen importante, si te envidan, te hacen valioso, y si te desean lo peor, te van a ver progresar. Lo importante es tener fe y no caer en el abuso emocional.
“Apréndete a querer y a respetar, así nadie podrá abusar de ti. Quizá no todos te lleguen a querer pero nadie te podrá lastimar”.
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