¿Sera verdadera la lamentación o el reproche de una mujer que se queja y dice es que su marido no la quiere porque nunca le dice cuanto el la ama? Si esta misma mujer, es una persona que lleva una buena vida con su esposo. Bien podría ser una mujer que no puede o quiere reconocer que su marido expresa sus sentimientos en una forma diferente a la que ella le gustaría, pero que si la quiere y la quiere bien.
Cuantas veces queremos escuchar exactamente lo que soñamos o lo que nos gustaría y si no lo escuchamos, entonces surgen falsas creencias, alimentando la duda, las carencias y la falta de amor. La desilusión y las expectativas irreales sin querer, pueden llegar a lastimar o a dañar una relación que funciona perfectamente bien.
Esperar que te digan lo que tú quieres escuchar, muchas veces puede ser un capricho o una necesidad impuesta por la sociedad. Cada relación tiene un lenguaje íntimo que no tiene explicación.
Por supuesto que las relaciones deben de ser congruentes y parejas, ambos tienen que vivir en una relación comprometida, dar y recibir continuamente, de lo contrario la relación se desbalancea. Eso no quiere decir que cada quien debe de comportarse exactamente igual. Cada persona tiene su carácter, su manera de expresarse y su manera de ser. Por lo que la individualidad se debe respetar y aceptar, así se crea la fortaleza que compensa a la pareja y que la hace crecer y mejorar.
Esto no quiere decir que porque yo soy como soy, tengo licencia para quedarme callado o puedo provocar dolor. Simplemente lo que quiere decir, es que puedo reconocer que mi naturaleza es ser más_________-cada quien puede rellenar la línea. (Ya sea ser expresiva, reservada, detallista o simplemente más indiferente a los pequeños detalles, etc…) sin embargo, eso no quiere decir, que no quiero a mi pareja con la misma intensidad que ella me quiere a mí.
Claro que en el camino uno puede aprender entender y dar lo que el otro necesita para poder sentir el cariño y el apoyo. Pero igualmente el otro puede aprender a ver y a encontrar el amor que se le da sin hablarlo precisamente como uno quisiera.
No es justo pedirle a alguien que nunca ha dicho que te diga “te quiero” pero tampoco se vale asumir que porque no te lo dicen, no lo sienten. Amar es respetar, entender y crecer.
Si tu pareja te pide que le digas algo que te cuesta trabajo, quizá es un buen momento de salirte de tu zona de confort y aprender hablar el idioma que te piden. Por el otro lado, recuerda que si exiges lo que no te pueden dar, puedes lastimar o romper algo que funciona bien.
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La receta
Reconociendo el amor
INGREDIENTES
- 1 pieza de aceptación y respeto- reconocer a la persona como es sin tratarla de cambiar
- 2 rebanadas de sensibilidad- comprender los sentimientos y las necesidades de ambos
- 1 taza de consciencia- poder reconocer, escuchar y observar todo lo que sucede en silencio
- 3 gotas de gratitud- aprecio por lo que se recibe, agradecimiento
- 1 cucharada de honor – dar reconocimiento y admiración a tu pareja, no exigirlo
RECOMENDACIÓN DEL CHEF
Hay que aprender a ver lo que se tiene, a valorar lo que te dan y sobre todo a poder comunicarse con sinceridad, quisa él te quiero, puede ser una mirada, un abrazo o simplemente un aquí estoy junto a ti. Antes de pedir lo que crees que quieres asegúrate de que no lo tengas y simplemente no lo quieras reconocer.
MODO DE PREPARACIÓN
1. Al aceptar a la persona como es la relación fluye mejor y la comunicación es más sincera. De nada sirve reprochar o pedir se actué como lo que no se puede. Hay que recordar que elegimos a nuestra pareja por lo que es, con sus características únicas, las cuales están incluidas en su paquete original.
2. Esperar que la persona actué como nosotros aspiramos es negar su esencia. Hay que tener madurez para reconocer lo que es verdaderamente importante, el romanísimo es muchas veces un lujo, más no una necesidad.
3. Hay que hacer lo mejor que se puede con la realidad que se tiene. El buen cocinero cocina con lo que tiene. Poder pedir lo que se desea es un arte que solo se logra cuando uno reconoce y valora lo que tiene. Muchas veces lo que se tiene es mejor y más real de lo que uno cree que tiene.
“Si tratamos de cambiar a nuestra pareja para que actué como nosotros queremos…, ella, no se convertiría necesariamente en una mejor persona, más bien, se tornaría en una persona distinta a lo que ella era.”
