“Brasil está considerado el quinto país en extensión con el río más caudaloso del mundo: el Amazonas”.
-Vaya, vaya, por tu indumentaria Vanidad, y la de Moda, veo que acaban de llegar de Brasil. ¡Qué bello país!
“Sí, bellísimo –intervino Moda. En esa región amazónica, húmeda, cálida y con densas selvas, se concentró la mayor parte de las tribus indígenas que poblaron Brasil hace cientos de años. Portugueses, franceses, holandeses y africanos llevados como esclavos, habitaron las zonas más accesibles del país. Pero te diré algo, al hacer mi investigación acerca del vestuario típico de Brasil, encontré que carecen de tradiciones arraigadas como para denotar el origen de su procedencia”.
“En el presente –interviene Vanidad- las mujeres indígenas se concretan a vestir falda muy amplia, generalmente floreada, blusa de mangas cortas, chal, con el que a veces envuelven las caderas y una pañoleta colocada a modo de turbante”.
“El gaucho, localizado en el sur del Brasil, -continuó- luce el mismo vestuario que los gauchos argentinos o uruguayos, es decir, bombachas, camisa, sombrero y botas.
Pero Brasil tiene otras etnias como la de los cayapos, los carayaes, los kaapar y los xikrin, quienes nos dejan ver sus costumbres en el vestir. Los cayapos se localizan en el estado de Pará, en las inmediaciones del río Amazonas. Su indumentaria, si pudiésemos llamarla así,
sólo consiste en la decoración de sus cuerpos con carbón vegetal y pigmentos provenientes de frutos y semillas silvestres. Complementan esta decoración con un arte que ha cobrado fama: el plumario”.
Moda se apresura a tomar la palabra para decir: “La gran variedad de pájaros existentes en Brasil da al indígena la facilidad de utilizar su plumaje en diversidad de texturas, formas y tonos cromáticos. El arte plumario es una de las manifestaciones más creativas de los naturales brasileños.
Muchos desarrollaron estilos tan propios que hacen posible la identificación de su procedencia, así como la transmisión de mensajes acerca de la posición social, el sexo, el estado civil y la edad”.
“Los indios carayaes –dice Vanidad- de la isla fluvial Bananal acostumbraban adornar su cuerpo con bandas pintadas de negro, rojo y blanco, pero en el presente sólo decoran su cara con un círculo azul y negro pintado en los pómulos. Son expertos en el arte de la cerámica.
Por su parte, los guerreros xikrin se afeitan el cabello muy entrada la cabeza y pintan su rostro de rojo” -terminó su relato Vanidad.
Pero yo les diré amigas, que aunque Brasil carezca de un vestuario típico nacional que lo dé a conocer, sus habitantes tienen una tradición tan arraigada que los identifica en cualquier parte del mundo: el carnaval, que les da oportunidad de expresar su creatividad y espíritu tanto en sus trajes como en su música. Al terminar de decir lo anterior, Vanidad se puso a bailar al son de la música brasileña que de algún lado se oyó y así junto con Moda, salieron de mi vista.