El tiempo es cuestión de visiones, para algunos es muy lento, para otros en cambio este se pasa rapidísimo, ya que nunca para, ni un segundo. El tiempo es lo más valioso por los que lo saben apreciar y lo cuidan como un tesoro, pero para aquellas personas que lo gastan y lo pierden, no tiene valor alguno.
Cuando se trata de esperar al éxito, el tiempo se trona en un tema complicado. Hay algunas personas que la vida pareciera les sonríe y todo se les da con facilidad, así que el tiempo se convierte en su cómplice y su mejor aliado. Sin embargo, para la mayoría de las personas, las cosas no son ni les sale como palean. Así que el tiempo lejos de ser un cómplice es más, como un marcador que pareciera recordar cuanto tiempo ha transcurrido y que tan poco es lo que se ha logrado y que tan larga y pesada es la espera de algo que quizá nunca va a llegar.
En realidad, es más fácil contar la historia del éxito cuando se ha llegado a la cima que cuando se está empezando a caminar. Es importante recordar que todos los grandes negocios algún día empezaron pequeños y muchos de estos comenzaron por algún infortunio, por una verdadera necesidad o aun quizá por falta de otra mejor oportunidad. Muchos de los grandes personajes de la historia tuvieron muy malos tropiezos, pasaron muchas penas y dolor, esa parte de la historia nadie la recuerda.
¿Alguna vez has escuchado la expresión que dice?: “Solo le tomo 20 años para convertirse en un éxito de la noche a la mañana” En realidad el éxito toma su tiempo y no está de acuerdo a tus expectativas ni a tus necesidades.
Tener paciencia y persistencia para lograr lo que uno se propone, sin ponerse límite de tiempo es un concepto que hoy en día no se aplica, ya que se escucha que todo debe de ser cari inmediato, pero no siempre las cosas se dan así de fácil y bonito como una quiere.
Lo importante recordar es que nunca es tarde para triunfar.
Qué difícil es el camino cuando el éxito tan esperado no llega sino hasta en una etapa más avanzada, después de toda una vida de lucha trabajo, mucho sufrir y aguantar. Después de todo nadie nos asegura que en realidad el éxito va a llegar ¿verdad?
La vida nos sorprende continuamente, cada suceso termina por convertirse en una lección de vida que alimenta el carácter y fortalece a la persona. Perseverancia, lucha, determinación ingredientes que si no se nutren continuamente se pierden, sobre todo cuando el camino es largo, pesado y complicado.
Las acciones aparentemente insignificantes, pequeñas, rutinarias, sin mucha ciencia son las que al final del día resultan ser la esencia más pura, con la cual se fincan los sueños para después poderse traducir en acciones que conllevan al éxito.
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La Receta
Perseverancia
Ingredientes:
- 2 tazas de paciencia – esperanza y dedicación con trabajo y disciplina
- 2 cucharadas de compromiso – convencimiento propio del objetivo y la misión que se propuso
- 1 manojo de esfuerzo – empeño, organización y trabajo personal para lograr lo que se busca
- 3 rebanadas de fortaleza – valor para aceptar las equivocaciones y para volver a iniciar
- 1 pieza de fe – confianza y actitud positiva para poder triunfar cuando sea el momento
Recomendación del Chef: Es necesario romper la resistencia que crean la expectativas. No existe una fecha de caducidad para alcanzar el éxito, el que persiste resiste y logra lo que se propone.
La perseverancia enseña:
1. El éxito no tiene fecha de expiración. Los esfuerzos realizados se acumulan y se multiplican, nunca se desperdician. Todas las acciones cuentan y en su preciso momento, el resultado, generalmente sobrepasa las expectativas esperadas.
2. La persona perseverante se torna en un ser grandioso. Cuando se triunfa después de un largo camino con esfuerzo y trabajo, el éxito sabe a gloria, ya que se disfruta donde ha llegado, sin olvidar donde y quien era antes de llegar a disfrutar su triunfo.
3. La perseverancia elimina el ego y desecha a todos los pretextos. Una persona perseverante busca resultados, vive enfocada en sus obligaciones y deja de encontrar trabas y obstáculos que le compliquen el camino.
La persistencia fortalece el carácter, sazona al triunfo con satisfacción y gratitud
