De la distinción y la elegancia se hablaba así hace cien años: «Una mujer distinguida deberá estar siempre bien calzada y enguantada, y con esto, cualquier traje por sencillo que sea, le quedará bien. Una mujer de buen gusto no usará nunca nada postizo ni lujo falso, pues la verdadera elegancia consiste mucho más en la distinción de los detalles que en la riqueza de las cosas. El traje de visita deberá estar siempre en relación con la hora y las causas de la visita». Y Gustavo Adolfo Bécquer comentaba: «la belleza se siente, la elegancia se discute».
La era cibernética cada vez se acerca más a lo común de nuestras vidas como es el vestir. Las artes visuales se crean ahora con programas de pinturas y texturas para implementar una amplísima variedad de técnicas sólo posibles en un ordenador. El algoritmo evolutivo permite al computador desarrollar un modelo rehaciéndolo centenares de veces hasta resultar del gusto de su diseñador original y sólo en segundos o minutos. Antes de que las grandes empresas maquiladoras de vestidos entraran al mercado masivo, la ropa era confeccionada por sastres o modistas que interpretaban el gusto de cada persona haciéndola exclusiva. Ahora, el ordenador por programa con Corel Draw se encarga de mostrar la diversidad de colores, texturas, accesorios y todo lo necesario para complacer al cliente más exigente. Algunas empresas del calzado ya reciben pedidos diseñados por sus clientes para manufacturarlos y así obtener modelos individuales.