Hacer un presupuesto puede ser algo aburrido, pero hay maneras de hacerlo más fácil. Aquí ofrecemos unos consejos de cómo llevar un registro de sus ingresos y gastos, para poder tener tiempo y dinero para hacer las cosas que nos divierten más.

LA PROPORCIÓN 50/30/20

Hay un sinnúmero de técnicas de presupuesto disponible, pero una de ellas es particularmente eficaz y fácil de recordar: La proporción 50/30/20.

Para ello deben tomarse en cuenta los gastos como la hipoteca, el alquiler, los pagos del carro y las cuentas de electricidad, así como los gastos más variables como viajes o los servicios de streaming.

En resumen: tomar los ingresos y de ellos no gastar más del 50% a gastos fijos como la hipoteca. Destinar 20% a ahorros y cancelar deudas, y del 30% restante usarlo para gastos variados.

Katie Brewer, una asesora financiera que trabaja en Your Richest Life, favorece este sistema por su flexibilidad.

«Es mucho menos oneroso que tener que poner $200 para esto, $300 para lo otro y $127 en lo otro», opina Brewer.

Es además un alivio, porque este método te permite gastar dinero en cosas que son importantes para ti, tu familia o tu estilo de vida.

ENTENDER EL FLUJO DE DINERO

Una vez que tienes idea de tus gastos, empieza a llevar un registro.

«Es bueno tener una cuenta para pagar las facturas y una para los gastos», dice Brewer. «Nada de hacer trampa, lo que hay es lo que hay».

Divide ese dinero según los porcentajes tan pronto entra a tu cuenta bancaria, sugiere Brewer.

Robert López, asesor financiero y fundador de la compañía de planificación financiera FP Guidance, aboga a favor de una estrategia similar. Si bien algunas personas prefieren tenerlo todo en una sola cuenta bancaria, él dice que tener cuentas separadas para cosas separadas puede servir de ayuda, especialmente si le pone nombre.

Por ejemplo, uno puede tener una cuenta y llamarla «Fondos para la luna de miel», de tal manera que no sacará dinero de allí, a diferencia de si tuviera una cuenta de ahorros sin nombre.

Sin embargo, no hay que parar allí. Hay métodos para asegurarse de que uno no está gastando el dinero de la hipoteca en servicios de lujo.

Lopez recomienda obtener tarjetas de distintos colores para distintas cuentas bancarias, si es que el banco ofrece esa opción.

De tal manera que, por ejemplo, la tarjeta que usas para el supermercado sea roja, pero la que usas para ir al cine o al es azul. Seguidamente puedes verificar con la app de tu banco para cerciorarte que estás gastando en las categorías apropiadas.

NUNCA TE DES POR VENCIDO

Recuerda que tener una categoría para los gastos para antojos en tu presupuesto no significa que puedes irte de vacaciones costosas o de frenesí de compras sin razón. López recomienda usarlo como incentivo para mantenernos en la práctica presupuestaria correcta.

«Si dedicas todo tu presupuesto a las necesidades básicas, más pagar deudas, más ahorros, nunca te vas a divertir y no lo vas a seguir», afirma Lopez.

Tu presupuesto es algo que va evolucionando constantemente y habrá meses que gastarás más, meses que gastarás menos.

Por ejemplo, gastarás más dinero comprando regalos en diciembre que en marzo.

Brewer recomienda usar una tarjeta de débito en vez de una de crédito para los gastos variables, de tal manera que puedas ser proactivo y no reactivo. Una vez que te acostumbres puedes volver a usar la tarjeta de crédito. También es útil usar dinero en efectivo. Por ejemplo, si llevas sólo $50 en efectivo al concierto, sabes que no podrás gastar más de eso.

Cada quien debe encontrar su método. Según Brewer, hacer un presupuesto es una destreza personal que se va desarrollando con el tiempo.

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