Que es tristeza saber que cuando se trata de desahogarse y sacar el disgusto generalmente se lastima a las personas queridas y más cercanas. Pareciera ser que existe una atracción y una justificación errónea de las personas que sufren y las personas a las cuales se les puede abusar y lastimar.
El no poder controlar las emociones, es un problema serio. Pareciera que es más fácil sacar la ira en ámbitos seguros, donde es posible dejar salir descontroladamente las emociones, sin filtro y sin medir las consecuencias o la pena que puedan causar. Se Lastima sin piedad, ocasionando heridas difíciles de sanar.
Siempre se hiere justo a las personas queridas. Qué ironía e injustica.
La persona que no se respeta a sí misma y se siente mal con ella misma, será sin duda la persona que cree tener el poder y el derecho para lastimar a los demás. Ya que para esta gente, nadie, ni nada tiene un valor digno de ser respetado, de hecho insisten que el mundo es según su proyección distorsionada.
La verdad es que nada justifica el maltrato y el abuso. El estrés ocasionado por problemas económicos, un carácter impulsivo y temperamental, el dolor y hasta una gran pérdida emocional no son pretextos, ni crean condiciones para poder descargar la angustia y crear desgracia en seres indefensos, inocentes y además cercanos.
Existen padres de familia que llegan del trabajo sintiendo una gran frustración, cansancio y fastidiado y en lugar de aprovechar para agradecer y encontrar conforte y contención, sacan todas sus emociones que se reprimieron durante el día. Se convierten en ogros y brujas malditas, gritan, pegan, maldicen y finalmente alejan a las únicas personas que realmente les podrían dar comprensión y cariño.
Lamentablemente el daño que se causa cuando uno descarga el enojo, no solo se contagia y crea un ambiente nocivo para toda la familia, también sirve de modelo y de ejemplo, ocasionando que todos en la familia se conviertan en víctimas o en agresores secundarios. Qué manera tan espantosa de vivir de hecho, estas relaciones terminan por destruir y alejar a todos las personas de su alrrededor.
La receta
Cuida tus emociones
Ingredientes:
- 3 cucharadas de responsabilidad- controlar las emociones y tener prudencia
- 1 barrita de sensibilidad- compasión y empatía por las otras personas
- 1 racimo de sinceridad- reconocer y entender los sentimientos íntimos
- 1 pizca de bondad y generosidad – actitud legitima de dar con afecto
- 3 gotitas de gratitud- reconocer todas las bendiciones y las cosas buenas que se posee
- 2 vainas de respeto- valorarse a uno y a los demás como seres únicos e importantes
Recomendación del chef: Hay que reconocer que uno debe de hacer lo que es correcto, prudente y es necesario. De nada sirve hacer lo que el impulso dicta y lastimar solo para descargar las emociones del momento.
Como se puede actuar para no lastimar:
- Controlar las emociones liberan a la persona que esta frustrada. Cuando una persona puede superar y reconocer sus inclinaciones, resistiendo el impulso de agredir y lastimar, entonces recupera su autoestima y su propio respeto.
- Nadie tiene la culpa de los problemas que la vida dispone. Reconocer que las personas queridas y cercanas no son blancos para descargar el malestar, por lo contrario son la mejor fuente de energía, bienestar y la felicidad. Al cuidarlos se mejora la vida de todos.
- Los problemas compartidos son dolores diluidos. Compartir la angustia y los problemas con la familia de una manera sana y comprensiva, une y fortalece creando solidaridad, apoyo y fuerza para seguir adelante.
“Cuando se actúa con compostura a pesar del dolor y el malestar, se logra crecer y vivir en paz y tranquilidad”