Por fin han llegado. Las he estado esperando desde hace varias horas. Hasta pensé que hoy no vendrían.
-No te enfades -dijo Vanidad-, nos entretuvimos viendo la escultura de la sirenita y se nos fue el tiempo recordando como nació la leyenda de la famosa sirenita. Pero aquí estamos y déjame contarte algo de los daneses.
“Pienso que con un clima menos severo que en el resto de Escandinavia y una tradición de contactos más estrechos con otros pueblos, los daneses poseen un acusado sentido de su identificación nacional.
La soberanía de Dinamarca se extiende sobre poco más de cinco millones y medio de daneses siendo alrededor de 48 mil los que habitan las islas Feroe y unos 61 mil en Groenlandia”.
“Pero igual que en otros países europeos -intervino Moda– las costumbres típicamente danesas tienden a desaparecer. Las viejas indumentarias campesinas se conservan en muy poco lugares y sólo en festividades especiales, como bodas, carnavales o cumpleaños que, como dato curioso, únicamente se festejan cada diez años. El sexagésimo aniversario del hombre es el más sobresaliente y lo celebran en grande” -terminó diciendo Moda.
Vanidad, riéndose contó: “Otro dato curioso es el hecho de que el progreso de la ciencia y las artes en Dinamarca, se debe a los bebedores de cerveza: sí, esta bebida está gravada para apoyar la ciencia y las artes. Acto digno de imitarse ¿no les parece?
Pero pasando al tema del vestuario y las costumbres, en las islas Feroe tienen más apego que en el resto del país a las pocas tradiciones que aún prevalecen.
Desde hace más de cien años, las prendas típicas usadas generalmente por los campesinos, constan de: amplia falda, blusa, chaleco, chaqueta y delantal. Descubrir el cuello y los hombros demostraba entre las danesas del siglo XIX cierta ligereza, por lo que su vestuario se complementa con pañoletas. Las telas utilizadas para la confección de estos trajes son de lino y lana.
Pero déjame hablar, -dijo molesta Moda y empezó a contar: “En cuanto al vestuario masculino, éste consta de pantalón a la rodilla, generalmente confeccionado en piel, calcetas, camisa y chaqueta. Tanto hombres como mujeres acostumbran los zuecos.
Y es en los grupos de danza folclórica donde más podemos admirar los trajes que usaban los trabajadores del campo y, cabe decir, que en Dinamarca hay 15 mil bailarines folclóricos afiliados en 140 sociedades locales”.