En esta Semana Santa hay que reconectarnos con aquello que nos puede dar fortaleza.

Es fácil vivir agradecido y tener fe cuando la vida está llena de alegrías, bendiciones y la bolsa está llena de dinero. Difícilmente podríamos decir lo mismo cuando pasamos problemas tan difíciles como enfermedades incurables, pérdida de personas queridas, de trabajos y hasta de la casa.

¿Cómo poder decir «ten fe, encuentra la fortaleza, busca la luz» cuando todo parece tan oscuro? Ciertamente no se puede estar buscando revelaciones divinas para poder volver a sentir y reencontrar la confianza que se ha perdido. Sin embargo, en el momento en que se acepta que se está en este mundo con un propósito, que se debe continuar mejorando y aprendiendo; cuando se cae en la cuenta que uno no está solo y que hay quienes están dispuestos a ayudar sin pedir nada a cambio, entonces poco a poco se abren puertas inesperadas y se valora la inmensidad de la vida.

Con la crisis actual, Raquel ha perdido toda esperanza de salir adelante; puede ver cómo la gente ríe y se divierte y no recuerda cuando fue la última vez que ella se sintió así. Su marido está sin trabajo, frustrado, enojado con la vida y casi no le dirige a ella la palabra. Su madre tiene cáncer y a pesar de que la están tratando no se sabe si podrá sobrevivir. Sus hijos tienen necesidades y deben continuar concurriendo a la escuela que por el momento Raquel no puede pagar. Ella trabaja y da todo lo que tiene para salir adelante, tiene grandes sueños, le gusta su trabajo y encuentra muchas razones para continuar haciéndolo aunque la paga es poca e insuficiente para salir adelante.

¿Fe? ¡Seguro! Sin embargo, con eso sólo no se come ni se pagan los gastos del hogar. Aunque Raquel a veces siente que nadie sufre como ella, sabe bien que hay muchos que tienen problemas aún mayores. Entonces recuerda que todos en algún momento de la vida pasan por momentos difíciles, que el camino se puede volver angosto, empinado y complicado pero es allí cuando uno tiene que subir la mirada al cielo, mirar alrededor y apreciar lo que tiene.

Hay que recordar que pase lo que pase lo único seguro es que mañana va a volver a salir el sol y con él, una nueva oportunidad de encontrar el camino que se ha perdido.

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Encontrando la Fe

Ingredientes:

  • 2 trocitos de aprecio
  • 1 cucharada de reflexión
  • 1 lata de confianza
  • 1 pizca de fortaleza

Condimentos:
Serenidad, positivismo y amor a la vida

Modo de preparación

  1. La fe es un ingrediente que se lleva dentro de sí, aun cuando uno mismo no se da cuenta de ello. Hay veces que el que más la necesita quizá es el que menos la tiene ya que no cree en ella. La fe siempre está allí y nunca se impone; cada uno debe encontrarla.
  2. Entre más fe se tiene, mayor es su fuerza. Este es un ingrediente delicado que muchos cocineros descubren en momentos de crisis y les ayuda a sobrepasar los periodos difíciles.
  3. La fe, ayuda, enseña y fortalece. Cuando se la logra incluir en todas las recetas que la vida ofrece, los platillos adquieren un sabor especial, el cocinero logra encontrar paz en su corazón, aprende las lecciones de la vida, logra tener confianza y la transmite.

«La fe es un platillo ardiente acompañado de mucha pasión. Mal utilizada puede llevar a cometer injusticias. Bien utilizada puede llegar a mover montañas y a producir platillos milagrosos.»

Fuente: www.recetasparalavida.com

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