¿Cuántas veces nos encontramos lamentándonos porque nos pasan cosas que no estábamos esperando o quizá trabajamos mucho para conseguir algo que no se da, entonces nos sentimos derrotados y frustrados? Lo cierto es que no se puede vivir esperando que todo lo que queremos lo vayamos a obtener. Hay que tener retos que por más difíciles que sean, sazonan nuestra vida, nos hacen luchar, crecer, aprender y cada día ser mejores a pesar de las dificultades y el dolor que nos causan. No se debe ver la vida como que nos plantea sólo problemas sino como que nos brinda oportunidades para progresar.

¡Qué verdadera frustración y dolor siente María al ver que tiene un proyecto muy bueno y simplemente nadie la escucha ni le da importancia!

Cuando María presenta su programa todos quienes la escuchan se entusiasman, la felicitan y la hacen sentir que realmente está haciendo una verdadera obra de arte y una buena acción para la humanidad. La felicitan por su creatividad, su sencillez y le alaban su elocuencia y profundidad para abordar temas triviales y hasta aburridos. De hecho, le piden copias de sus escritos, le comentan cuanto disfrutan leer sus contenidos y compartirlos con sus parejas, amigos, alumnos y hasta con sus hijos.

Desafortunadamente para María esto no es suficiente, ella tiene la necesidad de comer y pagar sus gastos y si bien quiere hacer de su proyecto un negocio todavía no lo ha logrado. Sabe que la crisis económica es muy fuerte y que los presupuestos de las organizaciones son limitados lo que hace muy difícil que alguien quiera invertir en su trabajo; pero su deseo y su persistencia no dejan que María abandone este proyecto al cual le ha dedicado tanto tiempo y esfuerzo.

Es difícil entender cómo funciona la vida. Por un lado, María pareciera tener un gran logro ya que ha tocado puertas que nunca hubiese imaginado poder alcanzar, la han escuchado, le piden su material para publicarlo, la invitan a dar charlas, la utilizan de ejemplo… Pero en el momento que se trata de ofrecerle un contrato y pagar, la dejan de escuchar. Las compañías u organizaciones a las que se ha acercado aprecian su proyecto pero deben atender a asuntos más importantes y prioritarios, tienen miedo de invertir en nuevos proyectos o hay intereses personales que interfieren y que hacen que el proyecto de María quede a un lado y hasta sea olvidado.

Pareciera que lo que hace es bueno, enriquecedor y útil pero aún nadie se ha animado a darle el valor que necesita para que su trabajo pueda ser remunerado. María no está dispuesta a darse por vencida, pero a veces se pregunta hasta cuando, cuanto más puede y debe continuar sin saber si alguna vez se va a concretar.

Es difícil vivir de buena ideas, después de todo, María tiene que comer.

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Fuerzas para seguir adelante
Porque así es la vida

Ingredientes:

  • 1 taza de metas claras
  • 1 manojo de determinación
  • 2 cucharadas de persistencia
  • 1 gotita de confianza
  • 3 gajos de tolerancia a la frustración y a la decepción
  • 1 pizca de perspectiva

Condimentos:
Buen humor, ánimo y mucha calma

Precaución: Nunca hay que dejar de creer en uno mismo, es la fuerza que sostiene los sueños

Modo de preparación:

  1. Es humano sentirse derrotados, tristes y enojados. No siempre salen las cosas como uno espera, nadie puede garantizar el éxito. Sin embargo, es importante terminar aquello que se empieza, a pesar de que no se obtenga el resultado esperado.
  2. Hay que aprender del dolor y la frustración. Los verdaderos ganadores nunca se dejan caer. Es importante superar el sentirse desilusionado o desairado para poder recobrar la confianza en uno mismo. Lo más importante es estar siempre enfocado en salir adelante, progresar y recordar que el dolor y la frustración son muchas veces el camino a la grandeza.
  3. Los pequeños logros conducen a un gran manjar lleno de sabor y deleite. Cuando se logra fraccionar los grandes proyectos en acciones específicas y concretas es más fácil obtener resultados positivos. Esto ayuda a conseguir más fácilmente los resultados deseados así como un sentimiento de logro y bienestar.

«Creer que uno puede llegar a realizar su meta es en sí ganar la mitad de la batalla; el resto, la vida ya dirá»

Fuente: www.recetasparalavida.com

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