Vanidad influida por la zona que acababan de visitar llegó cantando con mucho sentimiento “Mi Buenos Aires querido…cuándo yo te vuelva a ver…” Tanto Moda como yo aplaudimos entusiastas ante esa muestra de alegría. Ella agradeció con una reverencia y empezó su relato:
“Un área muy conocida de Argentina es la llamada Pampa, donde se encuentra tierra fértil y lo que fuera la casa del legendario gaucho argentino, a quien se describía como un personaje solitario, alto, independiente y rebelde que no obedecía reglas, portador de sombrero, botas, boleras y, por supuesto, sobre un caballo”.
“Bueno -dijo moda- esa descripción de leyenda no está muy lejana, pues el gaucho actual viste bombachas, botas, camisa, sombrero, cinturón de cuero muy adornado con monedas y diferentes herrajes, boleadoras para su cacería y un “poncho“ para cubrirse.
En algunas zonas el gaucho lleva guardamontes para cubrir sus extremidades inferiores y evitar los pinchazos de espina que se localizan en lugares agrestes”.
“Sin embargo –intervino Vanidad- en el pasado el gaucho argentino vistió igual que el uruguayo, es decir, calzón blanco con los bajos cribados, chiripá y el poncho.
Y les contaré que a partir de 1857 la moda del tradicional traje del gaucho cambió a consecuencia de la guerra de Crimea y la razón es la siguiente: en 1856 en París se firmó el Tratado de Paz de París que daba fin al conflicto bélico entre el Imperio Zarista y el Imperio Turco, este último apoyado por Francia e Inglaterra.
Los franceses se comprometieron a donar al ejército turco cien mil pantalones de estilo turco (bombachas) pero el conflicto llegó a su fin sin que los calzones llegaran a su destino. En ese entonces en Argentina gobernaba la Confederación don Justo José de Urquiza y debido a su cercana relación con los franceses aceptó a un buen precio las cien mil prendas cambiando así la tradicional vestimenta gaucha por las bombachas”. Que interesante historia nos has relatado Vanidad.
“A los gauchos –intervino Moda- se les compara con otros campesinos como los huasos de Chile, los llaneros de Venezuela o los cowboys estadounidenses, sin embargo la historia de estos jinetes no es tan prolífera como la de los gauchos”.
“En cuanto a las mujeres, continuó Moda, la esposa del gaucho, que suele ser llamada mi china o michina, está muy dedicada a las labores de su hogar y a la crianza de sus hijos. Su indumentaria es muy modesta, por lo que en este caso, el traje masculino es el que identifica al país y por supuesto, en épocas más recientes,
“y si de música hablamos –interrumpió Vanidad con un grito alegre-
“¡el tango está presente en la mente de todo el mundo como originario de Argentina!”.