“Faldas muy amplias, rebozos, sombreros de ala corta y ruanas, estas son las prendas primordiales del vestuario femenino de la tierra del oro, el café y las esmeraldas: Colombia”. Así llegó Vanidad, hablando sin parar.
Y agregó: “El estampado es muy importante en sus atuendos populares, dándoles el toque alegre y festivo que acompañan con música de cumbia, bullerengue, o de mapalé, estas dos últimas danzas de origen africano”.
Moda intervino para aclarar que “las campesinas de Boyacá y Pamplona hacen contrastar su vestuario con el de las de Antioquía, Mapalé o Popayán, pues ellas lucen sobrios y elegantes vestidos.
La de Boyacá –agregó- lleva una amplia falda negra tableada adornada con bordados también en negro. Su blusa es de satín color claro con cuello alto y mangas largas. Destacan sus bordados con tonalidades discretas. El tocado que luce consiste en un sombrero de ala angosta colocado sobre un manto negro que llega a la mitad del cuerpo. Igual que las de Boyacá, la campesina de Pamplona lleva falda y tocado negros y una blusa de algodón estampado. Ambas calzan alpargatas anudadas con cintas negras.
“En cuanto al vestuario masculino –intervino Vanidad- el que llamó mi atención es el parecido al “garrasí” venezolano, que se anuda por debajo de las rodillas. En el colombiano, debajo del anudado, sobresale una parte de otro pantalón”.
Esta modalidad me inspiró para diseñar un pantalón femenino con las mismas características.
Y para terminar, Moda dijo que en algunas zonas, complementan su vestuario con la famosa ruana o poncho.