Hay un lugar donde la caprichosa moda se siente defraudada porque sus dictados son ignorados. Ese lugar se llama playa en vacaciones. En ella la mayoría, sobre todo las mujeres, se sienten en libertad de romper sus reglas. El desaliño toma su lugar y es así como vemos a las señoras pasadas de peso mostrando sus excesos con desenfado, a las jóvenes igual que a las maduras caminando desgarbadas y con el característico sonido de arrastre de pies, cargando sus tumbonas y sombrillas, sin prisa, buscando un lugar donde tirarse. Ahí, los bronceadores toman el lugar del maquillaje y el peine se pierde en un enorme bolso. Nada mejor que vacacionar en verano para rendir culto a la antimoda.
Podemos vestir pieles de armiño, zorro, mink, vison, astrakán y de muchos más animales, hasta de focas, pero lo que pocos saben es que de la foca también son utilizados sus intestinos para vestir. Los esquimales de las islas Aleutianas (Alaska) confeccionan abrigos con capuchas usando bandas de intestinos de foca cosidas juntas, con resultados muy eficaces, pues son a prueba de agua. A este indumento le llaman «parka» en Alaska y «anorak» en Groenlandia. Para protegerse del deslumbrante sol, utilizan un sombrero de madera y sus pantalones los hacen de piel de foca.