META: RECICLAR
En 2003 Armani lanzó su último descubrimiento: las bondades del cáñamo como fibra para textiles finos. Ahora los ecologistas piensan en ropa confeccionada con bambú, maíz, cáñamo, coco y todas ellas reutilizables. La meta de tal movimiento verde es lograr aminorar el impacto ambiental que producen los productos derivados del petróleo y, si tomamos en cuenta que desde nuestro nacimiento hasta la muerte estamos obligados a vestir y somos alrededor de 6 mil millones de seres y en aumento, llegará el día en que debamos utilizar todos los recursos, ya sean naturales, artificiales y sintéticos para llenar nuestras necesidades de vestido. Por eso la moda actual y futura requiere centrar su tecnología en el reciclaje lo más posible. Las protestas por el daño que los grandes consorcios de la indumentaria hacen a nuestra ecología, también son dirigidas en contra de la matanza de animales para el buen vestir de la élite.
AL ATAQUE
En toda la historia del mundo se han librado las más diversas batallas. No creo que exista un día en que nadie se haya sentido más poderoso que otro y no lo haya demostrado. Desde la prehistoria, los guerreros han tratado de intimidar al rival con tres elementos primordiales: pintura y tatuajes en cara y cuerpo, armamento y estrategia. Los camuflajes no solo han servido al hombre para ocultar su verdadera identidad e intimidar en tiempo de guerra, sino que también las mujeres los han adoptado para sus batallas o, mejor dicho, sus conquistas. La mayoría de ellas ceden ante el bombardeo de propaganda que dice cómo decorar su rostro y cómo vestirse. Toda una industria muy redituable trabaja, igual que los fabricantes de armas, para proveer a la mujer de los elementos necesarios y que así salgan victoriosas en la conquista del hombre escogido.