El combate a la política anti inmigrante del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, así como la lucha por la sobrevivencia de miles de migrantes que cruzan ilegalmente la frontera de manera ilegal, continúan siendo la prioridad fundamental de la organización Ángeles de la Frontera, que cada vez cuenta con más voluntarios para sus actividades cotidianas.
El presidente de la asociación, Enrique Morones, informó que desde 1986 buscan mejores condiciones para los migrantes en dos mil millas de línea fronteriza, con actividades como colocar recipientes con agua en diversos puntos del desierto, a fin de que quienes cruzan puedan hidratarse y sobrevivir, acción conocida como “gotas de esperanza”.
La acción se realiza desde 1996, y desde la victoria de Trump en la elección presidencial de 2016 han aumentado la cantidad de voluntarios, motivados por la xenofobia en el discurso y las acciones del magnate originario de Nueva York.
El activista mencionó que han muerto hasta 11 mil personas en la frontera producto de los riesgos que implica el cruce, por lo que las personas que sin nada cambio se han propuesto para colocar agua aumentaron hasta 500 personas, no solo originarias de países de América Latina, sino también de la unión americana.
El interés fundamental de Ángeles de la Frontera es ayudar a la mayor cantidad de personas, y pugnar porque nadie muera en su intento de llegar a Estados Unidos, al mismo tiempo que envían un mensaje de unidad binacional ante las acciones del gobierno republicano.
Morones lamentó que haya elementos de la Patrulla Fronteriza que hayan derramado o dañado los recipientes con agua, aunque manifestó que se busca mantener una relación positiva con la corporación, con la que se ha conseguido abrir la puerta del Parque de la Amistad en Playas de Tijuana y en otro punto, buscando el encuentro entre las familias.
Finalmente, resaltó las protestas que miles de ciudadanos realizaron en San Diego recientemente, ante la declaración de Trump en cuanto a la “Tolerancia Cero” en materia migratoria, que criminaliza de forma inmediata todos los cruces ilegales para someter a los migrantes a procesos judiciales, que incluso en un primer momento separó a niños de sus padres, encerrándolos en centros de detención, acción que de acuerdo a organismos internacionales afectó psicológicamente a los menores.
