“Mi clienta de 5 años no sabe decirme ni siquiera de qué país es. Preparamos su caso haciendo dibujos con crayones de los pandilleros que esperaban afuera de su escuela. Hay veces en las que ella prefiere dibujar helados y corazones. Enfrenta el proceso de deportación solita”.
– Laura Barrera, abogada defensora de niños que han sido separados de sus padres al ingresar al territorio de Estados Unidos.