Manuel Uruchurtu fue un político de origen mexicano y, según las leyendas, habría sido la única persona del país en subir al famoso barco llamado Titanic, el cual en su momento era considerado como «insumergible», sin embargo, se hundió tras chocar con un iceberg en 1912.

Uruchurtu fue diputado en cuatro ocasiones y se desempeñó como funcionario en el gobierno del expresidente Porfirio Díaz, quien estuvo a cargo del país y después fue exiliado, esto tras el inicio de la Revolución Mexicana en 1910.

Presuntamente, el legislador había viajado a Europa para visitar a sus compañeros y conocer las Cortes Españolas en una travesía modesta a la que se le designaron pocos recursos y, de igual manera, su viaje de regreso sería en un barco normal, pero antes de volver a México; un amigo le cambió el pasaje por uno de primera clase en el Titanic.

Derivado del cambio de planes fue como el funcionario mexicano logró subir al Titanic, abordando la embarcación en en el puerto de Cherburgo, en Francia.

Según información de su esposa, Gertrudis Caraza, en una carta le informó que ansiaba volver pronto a Sonora y señalaba lo siguiente:

«Tengo ganas de regresar, y si no prescindo de mi viaje a España es porque quiero concurrir a sesiones de las Cortes Españolas», escribió.

«Muchos besitos a todos mis pollitos», añadió, refiriéndose a sus hijos.

Dos semanas después, Caraza recibió un telegrama de la Compañía Telegráfica Mexicana en la que le informaron que no había sido encontrado el cuerpo del su esposo.

¿Manuel Uruchurtu fue un héroe del Titanic?
Los descendientes de Manuel Uruchurtu sostienen que, tras el accidente del Titanic, el mexicano le cedió su lugar en el bote salvavidas a una mujer de Inglaterra cuyo nombre es Elizabeth Ramell Nye, por lo que es considerado como un héroe en Hermosillo, su ciudad natal en el estado Sonora.

De acuerdo con información de BBC, el bisnieto del funcionario, Antonio Uruchurtu, dijo que la propia Elizabeth le contó lo sucedido en un viaje que hizo hasta la capital sonorense, en 1916 y que había tres testigos del acto de heroísmo.

«Cuando el Senado de se puso a hacer el recuento de los daños y a entrevistar a los supervivientes, hay tres testigos que cuentan esta historia y coinciden en el acto de heroísmo», señaló Antonio Uruchurtu.

La visita de la mujer inglesa fue reseñada no sólo por la familia, sino por algunos vecinos y un maestro que sirvió como traductor entre los implicados.

Incluso existe una novela llamada «El Caballero del Titanic» que se publicó en el 2012 en honor a Manuel Uruchurtu, el pasajero considerado como un héroe en su natal Sonora, que se encuentra al norte de México.

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