Hoy se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental. En la actualidad, uno de los grandes problemas y, por tanto, retos que debe afrontar la humanidad, es la preservación del planeta y sus recursos, ya que sin ellos muchas especies acabarán extinguiéndose, entre las que se encuentra la especie humana.
Para ello, la educación ambiental es una herramienta esencial para lograr el desarrollo sostenible tanto a nivel local como a nivel global. La educación tiene el poder de hacernos comprender mejor el mundo en el que vivimos y qué ocurre a nuestro alrededor desde muchas perspectivas y no solo desde la que nos cuentan.
Nelson Mandela, activista y político sudafricano que lideró los movimientos contra el apartheid, dijo lo siguiente sobre este tema:
Educación ambiental, el mayor legado para las generaciones futuras
La educación ambiental debe ser la base de un nuevo estilo y forma vida en todos los ámbitos de la actividad humana. Además, debe enfocarse hacia el respeto y la conservación del medio ambiente, pero, fundamentalmente, debe implantarse y desarrollarse desde la infancia, con el fin de aprender a respetar y a querer la naturaleza, ya que no se puede proteger algo que no se quiere.
En este sentido, me llamó mucho la atención cómo, en uno de los viajes que realicé a Sudáfrica, en los colegios se realizaban acciones encaminadas a la concienciación sobre la protección del rinoceronte. Allí, los niños dibujaban rinocerontes en su hábitat natural y sus obras eran expuestas en el Parque Nacional Kruger, o cómo muchos cazadores furtivos se reconvertían a rangers, protectores de la fauna silvestre. Por último, me gustaría resaltar que la educación ambiental es el mayor legado que podemos dejar a las generaciones futuras.