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Becky Krinsky

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Prestigiosa columnista internacional en más de 10 periódicos y revistas que se publican y distribuyen desde Nueva York hasta Argentina Con su famosa columna Recetas para la Vida©. Ganadora por tres años consecutivos del premio de excelencia en periodismo del San Diego Journal Club.

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Buscando los ingredientes para lograr una mejor vida.

Una alternativa fresca y diferente a los problemas de nuestra vida diaria. Ayudaremos a la gente a encontrar los ingredientes adecuados en la vida para mejorar las relaciones personales así como tener una mejor calidad de…


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Artículos Publicados

¿Te atreves a perder y a vivir tu fracaso?

 

El miedo al fracaso, es algo temido. Es un lugar donde nadie quiere llegar. De hecho, el fracaso causa angustia y en general se trata de evitar a toda costa. Curioso que a pesar del malestar que causa, el fracaso es el componente principal para triunfar y lograr lo que uno se propone.

Hoy en día vivimos en una sociedad donde la recompensa es inmediata. Los resultados deben de ser instantáneos y las cosas deben de funcionar automáticamente. Con dichas condiciones, es muy difícil tolerar la derrota.

Las escuelas por su parte, también han creado una cultura muy peculiar respecto a cómo cuidar y tratar la auto-estima de sus alumnos. Por no lastimar a los niños, entonces no les dan calificaciones, consideran el esfuerzo, aunque el resultado sea catastrófico. Buscan elogios por cualidades superfluas y temen la crítica de los padres. Como resultado está creciendo una generación que no tolera el fracaso y el teme a experimentar por miedo a equivocarse.

Por supuesto que no tiene nada de malo encontrar las cualidades y destacarlas. Tampoco es dañino cuidar la autoestima de la gente. Lo único que está mal es temer al fracaso y no salir de la zona de confort por no querer sentir frustración.

Es importante aprender a manejar el fracaso, la frustración y vivir el dolor que causa equivocarse. De hecho, el carácter se forja con el dolor y el esfuerzo. Muchos psicólogos han encontrado que el fracaso inspira a la creatividad. Fortalece a la resiliencia (valor para volver a levantarse). Abre la perspectiva y lo más grandioso del fracaso es que trae humildad y da un sentido de aprecio muy profundo. Además, este promueve que a la persona salga de su zona de confort y pueda encontrar nuevas oportunidades donde quizá nunca se hubiera atrevido salir a buscar.

Al fracaso, no se le niega, se integra, se le invita a que aporte su lección. Hay que aceptarlo como una parte natural del proceso personal para superarse. No se trata glorificarlo, pero cuando este sucede, hay que reconocerlo y tenerle consideración.

Cuando se puede tomar el fracaso, la perdida y las equivocaciones con la fortaleza que se requiere, en lugar de recriminarse, sentir culpa y torturarse continuamente, uno cambia la perspectiva e integra esta pérdida al desarrollo personal. Entonces, el fracaso se convierte en un fiel aliado, un maestro que solo marca el camino donde ya se pasó y no ha funcionado, para poder iluminar nuevas veredas y descubrir la belleza del triunfo bien merecido.

La persona que aprende del fracaso, tarde o temprano triunfa, acepta la derrota con dignidad y se divierte en el camino. Si bien uno no busca que las cosas le salgan mal, cuando estas suceden, tampoco se tiene que espantar o retirar del juego de la vida.

El fracaso es otra forma de encontrar fuerzas para salir adelante.

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La receta

El Fracaso

Ingredientes:

  • 1 pieza de aceptación – reconocer el dolor y el sufrimiento que causa el fracaso
  • 1 cucharada de humildad – reconocer las limitaciones propias y actuar con prudencia
  • 1 rebanada de perdón – auto compasión, tolerancia a los errores propios
  • I pizca de mente abierta – balancear sentimientos negativos, sin exageraciones
  • 3 gotas de ojo noble – buscar el lado bueno y encontrar la lección

Recomendación del chef: No le tengas miedo a fracasar, porque el mismo miedo te va a impedir progresar. Hay que tratar de mil maneras hasta conseguir el objetivo que se busca.

Lecciones del fracaso:

1. No pasa nada cuando uno se equivoca. No hay que buscar la perfección y vivir sin errores, solo hay que tener la fortaleza para aprender cuando uno se equivoca. Aceptar el fracaso y buscar una nueva manera para llegar a donde se desea.
2. Es importante aprender a manejar situaciones incomodas para que uno se pueda superar. Si te equivocas, no lo niegues. Enfrenta los errores, estúdialos e intégralos a tus pensamientos. Las sorpresas y los errores ayudan a solucionar mejor los problemas y aumentan tu creatividad.
No hay culpa, ni resentimiento, de hecho, el fracaso solo acerca un paso más cerca de encontrar lo que buscas, ya sabes lo que no funciona.

El fracaso y los errores solo son recordatorios que invitan a que la creatividad se desarrolle mejor.

¿Te enojas cuando tratas de ayudar y no te hacen caso?

 

Un consejo puede ser el mejor regalo o la peor ofensa que uno puede recibir. Cuando uno pide un consejo llega a pagar mucho dinero por este, ya que lo considera información valiosa y productiva. Pero cuando llega algún consejo de sorpresa, sin pedirlo o de la persona equivocada, el consejo se convierte en un trago amargo, mal recibido y de mal gusto. En lugar te recibir el consejo/comentario u opinión, con interés,  la persona que lo recibe se ofende y se incomoda.

Por otro lado, la persona que creía estar ayudando, se enoja porque se siente que lo están ignorando y que no toman en serio su opinión.

Como todo en la vida, nada es todo malo o todo bueno… hay mucho espacio en medio. Por ejemplo, hay personas que por tener confianza o una relación inmediata se abren y cuentan sus problemas a ciertas personas que consideran más cercanas. Las personas que las escuchan, sienten que tienen la obligación de ayudarlas entonces rápidamente opinan, critican y hacen un listado detallado de las acciones que se tienen que realizar. Sin entender realmente que esta sucediendo. Así, los consejos que dan, son juicios personales, relativos y sin una visión objetiva. Están basados en las interpretaciones individuales o en las proyecciones propias. Nada que ver con el consejo que se espera recibir.

Dar consejos es fácil, barato y cómodo, después de todo, el que da el consejo, no tiene que vivir las consecuencias de la sugerencia. Tampoco tiene que enfrentar la situación que vive el otro, por lo que resulta muy cómodo opinar desde fuera.

Por otro lado, están las personas que son más retraídas y menos comunicativas a las cuales les molesta hablar de ellas con cualquiera. Entonces cualquier tipo de comentario o consejo no será tomado fácilmente, su personalidad se los impide. Si a estas personas se les quiere ayudar, hay que reconocer sus limitaciones emocionales y no exigir que entiendan y que actúen como uno quisiera.

También están las situaciones en donde la persona no ocupa consejos, ni lecciones, solo necesita hablar y desahogar parte de su complicación con el fin de aligerar su carga emocional. Por lo tanto, esta persona NO está esperando un consejo sino más bien ocupa un oído que le escuche y un hombro donde se pueda recargar.

 Si la persona que la escucha no puede percibir el sentir, la necesidad o la intención de la persona que tiene el problema, evidentemente se encontrara dando lecciones de vida, cátedras innecesarias y por supuesto su frustración y enojo por que no le hacen caso será muy grande.

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La receta

 Buenos Consejos

Ingredientes:

  • 1 cucharada de prudencia – facultad de reconocer los tiempos personales
  • 2 rebanadas de respeto – reconocer los límites y los sentimientos de los demás
  • 1 pieza de empatía – poderse poner en el lugar del otro y tener compasión
  • 1 manojo de ojo noble – encontrar lo positivo, lo bueno y lo gentil en toda situación
  • 1 pizca de sensibilidad – entender a la persona, la situación y actuar con bondad

 

Recomendación del chef: Es más fácil juzgar a los demás que verse a uno mismo, por lo tanto, es mejor escuchar, entender y apoyar, que opinar y dar consejos.

Como o cunado dar consejos:

  1. Una persona puede dar un consejo cuando reconoce lo poco que sabe. Hablar con prudencia y responsabilidad ayuda a ser cauteloso y decir comentarios con sinceridad. Reconocer que la información que se tiene es limitada y poco objetiva.   
  2. Las palabras causan impacto en la vida de los demás. Cuando una persona sufre de un problema o tiene un conflicto, se encuentra más sensible de lo normal, por lo que las palabras que escucha le van a resonar con mayor intensidad.
  3. No solo se debe de tener buenas intenciones para ayudar a los demás. Hay que comprender las limitaciones que se tiene. Reconocer los intereses y sentimientos personales que se interponen ante el conflicto presentado y poder hablar sin exigir que otros hagan caso.

“Muchas veces el mejor consejo es aquel que nunca se da.”

¿Será que el vivir en familia se está convirtiendo en una tradición rara y difícil?

La familia es la fuente del bienestar y malestar de las personas que la integran. Para los que tienen una familia sana y nutritiva emocionalmente, este núcleo otorga contención, seguridad, amor, comprensión. Las personas viven en armonía, comparten, se apoyan y se inspiran entre sí. OJO, el tener una familia sana no quiere decir que no hay conflictos o que se vive en el castillo de Disney donde todo es de color de rosa y son felices por siempre. Simplemente estas son familias con lazos emocionales fortalecidos, donde la tolerancia, el respeto y el cariño predominan sobre el dolor, el rechazo y los reproches.

En cambio, cuando la familia es disfuncional, problemática, dispersa, conflictiva etc… los integrantes carecen de seguridad emocional, el nivel de tolerancia es mínimo y la comunicación es restringida y escasa, con múltiples malos entendidos. Estas son familias frágiles, distantes y con muchos problemas personales y entre ellos mismos. En este tipo de relaciones, en general, no hay razón por la cual los familiares sienten el deseo de comer en la misma mesa, no hay motivo para compartir celebraciones y por supuesto, si hay problemas, la familia sería el último lugar donde uno podría ir a platicar sus problemas y/o pedir ayuda. Esto es una verdadera lástima ya que uno de las funciones más importantes de la familia es contener y dar seguridad.

Entonces ¿Sera que el vivir en familia, aprender a convivir y aguantar los malos modos y las intransigencias de los familiares es un castigo?

Claro que no. Hay de todo tipo de familias, y no todas son funcionales y positivas o disfuncionales y negativas. De hecho, la mayoría de las familias se encuentran en una zona media, donde hay días, buenos, cenas malas, discusiones espantosas, ofendidas sin aclaraciones, pero por sobre todo hay cariño, conexión e interés por permanecer unidos.

Cada vez es más común ver que las relaciones familiares congelan hasta llegar al punto de no poderse tolerar. ¿Quién no tiene un tío que dice disparates, una prima que le gusta llamar la atención, hasta un padre agresivo o un hermano mentiroso y aprovechado? De hecho, el folklore familiar sazona y condimenta los encuentros de la vida.

Hace no mucho tiempo, vivir en familia era la única manera de vivir. Las personalidades y los temperamentos eran parte de la cultura que se respiraba y con gusto o por obligación, cuando la familia se juntaba, todos participaban. Hoy en día, las personas han “aprendido” a vivir cómodamente, a tolerar menos y a perder el respeto de lo que antes era un compromiso moral no negociable.

Es importante reconocer que vivir en familia todavía está de moda y es una buena costumbre. Ser parte de una familia da seguridad y te permite tener un núcleo que te apoya. Hay que cuidar a la familia, nutrirla y reconocer que la familia es y siempre será una fuente importante de amor y cuidado.

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La receta

Ingredientes:

  • 1 taza de aceptación incondicional – a la familia no se escoge, hay que quererla como es
  • 1 taza de respeto- reconocer los limites, las jerarquías y no imponer opiniones
  • 1 manojo de cariño y ojo noble – comprensión, amor, visión positiva para todos los familiares
  • 1 cucharada de sentido de humor – simpleza, rizas, poder apreciar las diferencias con compasión
  • 2 piezas de gratitud – valorar y agradecer el tener y ser parte de una familia, no es bueno vivir solo

Recomendación del chef: Cuando reconoces que la familia que tienes es importante para ti, le das el valor necesario para poder aprender a perdonar, a olvidar y a superar los malos entendidos. Muchas veces a la familia no se le tiene que entender, simplemente hay que quererla tal como es.

Aprendiendo la importancia de la familia:

1. La familia es la esencia de la vida y asegura la supervivencia personal; Las personas nacen y crecen dentro de un núcleo familiar, por lo tanto, es aquí donde las personas reciben inicialmente contención, principios y valores. Es el medio más importante para transmitir memoria colectiva y personal.
2. La familia es un pacto, un compromiso y una obligación. La familia, recuerda, obliga, involucra, apena, complace y alegra, a todos y a cada uno de sus integrantes. Este núcleo crea un diálogo continuo, independientemente de las situaciones y las condiciones personales. La familia siempre esta y uno siempre es parte de ella, los integrantes no son condicionales.
3. La familia es lo que es y da lo que puede. Hay que tener gratitud por lo que se tiene, poder reconocer que la familia conecta a los seres humanos y es una fuente de cariño y amor incondicional. No es una fantasía es una realidad.

La familia transforma a individuo solo, en una persona acompañada, querida y aceptada, haciéndole sentir que siempre tendrá un lugar a donde llegar.

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¿Por qué te enganchas a pesar de que conoces la rutina?

Hay personas que provocan reacciones desagradables, generalmente son personas cercanas que hacen detonar emociones específicas que solo deterioran y desgastan las relaciones. Las personas son como son, es imposible cambiarlas. Sin embargo, de alguna manera, existe una remota esperanza con una fantasía absurda de que algún día estas gentes, se pudieran dar cuenta que sus acciones lastiman.

Queda sobrentendido que el como piensen y actúen los demás no es algo que uno pueda controlar o esperar el cambio.

Entonces, si ya se conoce como es la persona, la relación y la situación que detona el malestar, porque uno se sigue enganchado y reacciona ante algo que ya se conocía que sucedería. Quizá se pudo haber prevenido, pero en lugar solo se convirtió en una reacción repetitiva, intolerable y frustrante.

Hay dinámicas que no son efectivas, ni nutritivas emocionalmente y, sin embargo, es difícil modificarlas. Pareciera que uno va a ver la misma película por segunda vez, conoce el final y, sin embargo, tiene la esperanza que los actores o el director de la película pudiese haber decidió cambiar el desenlace previamente filmado.

Una explicación ante esta dinámica desgastante pudiera ser que la persona que espera validación, reconocimiento y cambio, de aquellas personas que agreden o menosprecian, se encuentra sometida a un huracán de emociones y esperanzas que crean una especie de codependencia con expectativas que los consume. A pesar de tener conciencia de cuales son los comportamientos que están a punto de detonar malestar.

Para las personas que están más alejadas de la interacción directa, observan esta relación y les cuesta trabajo comprender la esperanza inútil ante el cambio que nunca va a suceder. Esto les causa frustración al situarse en medio de una discusión, repetida y sin salida. El ser testigos otra vez del conflicto enganchador, reaccionado con dolor y enojo, a pesar de que conocer la dinámica repetida y sin novedad.

Así día a día, se enojan, se pelean y desgastan el trato que podría funcionar de forma más sana o menos complicación, claro, si se tuviera la preparación emocional que este conflicto antisipa.

Curioso que cuando uno escucha la narrativa de los eventos hasta se ríe, ya que reconoce el patrón irracional. Pero cuando uno es el que está dentro, la víctima o al que dejan de validar, la sensación cambia. La impotencia y el dolor nublan la visión y contaminan los pensamientos. Ocasionando, una vez más, más de lo mismo, una discusión sin solución. Una pelea sin ganador y un abismo que separa hasta a las personas más queridas creando un vació y malestar.

Obvio las personas no cambian, ni el que agrede, ni el que espera que lo dejen de lastimar.

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La receta

Controla los detonadores emocionales

Ingredientes:

  • 1 taza de reconocimiento- aceptación y validación de los sentimientos propios
  • 1 taza de prudencia- encontrar el momento oportuno para dialogar (si es posible)
  • 2 manojos de responsabilidad – compromiso con las acciones propias
  • 1 cucharada de valor – fortaleza para poder controlar los impulsos sin dejar que el corazon sienta
  • 2 pedazos de compasión –permiso para acercarse lo que lastima con humildad y cariño

Recomendación del chef: Reconoce quienes son las personas que te pueden hacer que pierdas el control de tus emociones. Cuando ellos reaccionen tú no respondas. Recuerda que es muy fácil engancharte y perder la razón.

Como controlar los detonadores

1. Reconoce que hay acciones y comportamientos de algunas personas que te lastiman. Es importante entender y aceptar cuando uno se siente incómodo, lastimado o desplazado. Es una sensación valida, real y sana. A nadie le gusta que la ignoren.
2. Preocúpate más por tus sentimientos que por lo que piensen los otros. Es vital aprender a controlar las respuestas personales con el fin de no explotar o perder el control. Cada quien se debe de hacer responsable de sus acciones y no estar pendiente del comportamiento de los demás.
3. Se tú, no trates de pertenecer ni agradar a nadie, reconoce tu valor y tu voz. Empodera tú autenticidad, tú imperfección y tú amor propio. Cuando tu validas tu estado de ánimo y tus sentimientos todo lo demás pierde importancia.

“Solamente cuando puedas desprenderte de las reacciones de los demás y te adueñes de tu historia podrás libérate de las reacciones irracionales, repetitivas e inefectivas.”

Situaciones complicadas en el trabajo

Es muy frustrante cuando uno se encuentra en situaciones que a pesar de que no puede intervenir, por falta de poder o porque es ajeno a la cuestión en práctica, se tiene la certeza de que la persona qué ha tomado la decisión posiblemente se equivocó y no actuó debidamente. Es más, de alguna manera, hasta se pudiera predecir el futuro, ya que seguramente tendrá un final complicado y hasta desagradable.

Para la persona que está observando sin poder opinar cómo se desarrolla el proceso, se torna en un sentir incomodo, desaprovechado y hasta pudiera producir una sensación de impotencia. Intuyendo la posibilidad de que quizá se hubiera podido evitar pudiendo hacer un éxito de lo que posiblemente terminara en un fracaso.

A pesar de que hay decisiones realizadas por otros, cuando estas afectan directa o indirectamente a la 0persona que no puede opinar, uno quisiera explicar, prevenir, y hasta tomar manos en el asunto. De nada sirve, ya que en muchos casos ya es tarde o no se cuenta con el control necesario para hacer el cambo “correcto”

Es difícil entender el pensamiento de otras personas, sobre todo cuando se trata de gente con la que se trabaja que tiene una jerarquía mayor o cuenta con más “experiencia”. Estas personas pueden tener motivos, intereses y valores contrarios a los de uno. Por lo que las decisiones no siempre tienen lógica a nuestro parecer.

La mente humana es un lugar misterioso, en algunos casos imposible de descifrar. Es difícil juzgar por que toma ciertas decisiones que a ojos de otros son ridículas o completamente irracionales.

Cada persona tiene su propia agenda y sus intereses particulares. Así que lo que para uno represente una toma de decisiones basada en la razón, la lógica y el entendimiento, para otros. la toma de decisiones está dirigida a la motivación, seducción o las promesas falsas y el interés material y las satisfacciones inmediatas, o por motivos que finalmente se desconocen.

Cuando uno ingresa a una compañía o cualquier trabajo y puede ser testigo de lo que al parecer personal es una mala decisión, un mal candidato para contratar, un proyecto sin rumbo etc… es recomendable conocer estos tres puntos.

Uno: Hay que recordar que uno tiene visión parcial de las acciones. Quizás, no se conoce la perspectiva global o los objetivos internos del jefe de la compañía.

Dos: No se debe juzgar. es mejor buscar lo positivo en todo moment

Tres: De nada sirve mortificarse por lo que uno no puede cambiar y no tiene control.

Cuando uno trabaja tiene que ser responsable, eficiente, discreto y no tratar de imponer su opinión. Con prudencia y calma uno puede llegar a obtener mejores resultados.

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La receta

Prudencia, cuando no puedes opinar

Ingredientes

  • 1 taza de aceptación – reconocer la posición personal y con la jerarquía que se tiene en el momento
  • 1 manojo de ojo noble- buscar el lado bueno y positivo a las personas y a las situaciones
  • 2 cucharadas de prudencia – encontrar el momento oportuno para sugerir y saber cuándo callar
  • 1 lata de objetivos claros- tener presente que es busca y por qué uno está en ese trabajo
  • 1 pieza de valor – fortaleza para ver sin juzgar y dejar que las cosas se den como debe de ser

Recomendación del chef: El que tiene prudencia y paciencia encuentra el momento indicado para poder dar su opinión. Mientras tanto es de sabios callar. Hay que tener fortaleza para aceptar y respetar las decisiones ajenas.

Como poder ser prudente:

1. Observar y entender la dinámica de las relaciones desde un punto menos involucrado, propicia el crecimiento y fomenta la prudencia. Aprender a escuchar y aceptar opiniones ajenas a la propia manera de pensar fomenta el desarrollo personal, ya que se expande el marco teórico y se reconoce los límites y la responsabilidad propios.
2. Es importante dejar orgullo a un lado y concentrase en el bienestar propio. Es difícil y en ocasiones incomodo callar a pesar de que uno pueda asegurar que hay mejores decisiones, sin embargo, una imposición o un juicio prematuro, puede dañar la relación.
3. Aceptar que uno no siempre tiene que opinar, es reconocer el lugar y los limites personales.Toda persona tiene la obligación de comportarse como un ser responsable y encontrar compasión, prudencia y sobretodo ser favorable con los otros. Algún día podría encontrarse en la misma situación.

“Recuerda, el objetivo de una opinión es ayudar a mejorar y propiciar el bienestar, el reto es aprender a callar y saber cunado es el momento indicado para saber hablar.

¿Qué pasa cuando quieres tener un millón de dólares y en verdad no posees ni un centavo?

A pesar de que el viejo dicho dice que: “soñar no empobrece”, el simple hecho de estar constantemente pensando y estresándose por tener lo que hace falta, realmente es una cuestión que envenena, amarga y desgarra el alma dañándola profundamente.

La pregunta sería realmente ¿para qué quieres el millón de dólares? Para pagar tus deudas, para enamorar a la bruja que solo quiere tu dinero, para comprarte un coche nuevo, para viajar, para comprarte una casa más grande o simplemente para demostrarle al mundo que tienes más dinero que los demás y que ahora ya te tienen que respetar…

¿Qué pasaría si hoy te llegara un sobre con todo ese dinero? ¿Realmente tu vida cambiaria tanto? Algunos terapeutas utilizan esta pregunta con sus pacientes para demostrarles que no es solo el dinero lo que necesitan. De hecho, en la mayoría de los casos las personas buscan es reconocimiento, aceptación, sentido de pertenecía. Pero, por no poder reconocer sus carencias, entonces se conforman y lo compensan con dinero.

El problema de querer lo que no se tiene no es del todo malo, puede ser el motor y la fuerza que motiva a luchar y a trabajar mejor. Sin embargo, las personas que insisten que el dinero lo es todo y que solo cuando lo tengan serán felices, de alguna manera han creado una idea falsa, además de haberse construido un castillo de hielo, frio, frágil y completamente irreal.

Cuando se piensa que el dinero es el ingrediente que va a traer paz, tranquilidad y todo lo demás, entonces la persona cae en una trampa mortal, perdiendo completamente la noción de la realidad y sobre valuaron el verdadero precio del dinero.

Desde la mañana hasta la noche recibimos cientos de mensajes recordando todo lo que no tenemos y lo que es súper importante tener. ¿Cómo no tienes el teléfono 7 plus ultra que hace…? ¿Qué pena no te puedes ir de vacaciones la luna? ¿A poco tu marido no te regalo diamantes porque lavaste los platos?

De qué sirve tener todo el dinero del mundo si no se tiene con quien disfrutarlo ni compartirlo o más aun de que sirve desear tanto dinero, si de principio no se valora a si mismo. El dinero es solo dinero, la persona vale por lo que es, lo que hace y por cómo trata a los demás. El dinero adorna y ofrece más comodidades.

Claro que no hay que ser tan drásticos, tampoco hay que despechar el dinero, al contrario, mi deseo es que toda persona que lea este articulo tenga todo lo que necesita y más. Que no sufra por problemas económicos, que pueda valorar lo que tiene y disfrute su vida.

Qué tal si solo por hoy piensas que tienes todo lo que necesitas para ser feliz, y te sientes una persona afortunada, millonaria. Hoy tienes todo lo que necesitas para vivir tu vida. No la vida de los otros, ni la vida que no tienes. Justo la vida que te toco vivir.

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La receta

Sintiéndote millonario

Ingredientes:

  • 1 taza de aceptación – reconocimiento que uno es y tiene suficiente para poder superarse
  • 1 taza de pertenecía- sentimiento de ser parte de algo que une y contiene incondicionalmente
  • 2 cucharadas de tolerancia- fortaleza para valorar lo que se tiene y no envidiar lo de otros
  • 1 manojo de integridad– valores firmes, prioridades sanas y claras
  • 2 pedazos de valor – seguridad y decisión propia para luchar por lo que se quiere

Recomendación del chef: Hay que tener mucho cuidado y no convertirse en un esclavo del dinero, reconocer que la fortuna es algo bueno que también tiene sus limitaciones. No todo lo que se necesita se obtiene con dinero.

Como poder sentirse millonario:

1. Cada persona es única y no se puede calificar solo por el dinero que tiene. Cuando se acepta que la misión personal, las necesidades se diferencian y se aclaran, por lo que cada quien tiene y acepta la suerte que le toca.
2. Uno siempre tiene que creer en sí mismo. Luchar por ser mejor y superarse es un buen motivo para vivir. Tener esperanza y fe, actuar con seguridad y entusiasmo estableciendo metas claras y reales nutre la autoestima y da bienestar.
3. Hay que buscar lo que uno necesita para sentirse bien con uno mismo. No se debe de tratar de pertenecer a o ser aceptados a un grupo determinado. Cada persona tiene que ser lo que él quiere y puede ser. Sin dar explicaciones o actuar para impresionar a los demás.

El secreto para ser un millonario del alma: No te castigues por lo que no tienes, valora lo que haces y disfruta lo que logras, no vivas para impresionar o para satisfacer las expectativas de los demás.

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¡Hoy es mi cumpleaños!

Felicidades, feliz cumpleaños, todo lo mejor en este tu día… ¿Quién no ha tenido un cumpleaños? Toda persona sabe el día en que nació, y lo festeja. Si no con una fiesta, con el mero reconocimiento de saber que es su día. Cuando llega la fecha del cumpleaños de cada quien, es inevitable, el sentimiento es casi universal, uno se siente feliz. Agradecido por estar vivo. Importante, querido, elogiado por todas las felicitaciones y denostaciones de cariño que se recibe durante ese día. Independientemente que se tiene la oportunidad y la excusa perfecta para festejarse.

Este día, uno siente que ha caminado una vuelta más alrededor del mundo. Después de todo, se dice que la edad que se tiene, equivale al número de vueltas que se le ha dado al sol. Todo lo que se vivió, se aprendió y lo que se compartió hace que el año vivido, sea un año más; el cual se acumula y llena la historia de vida personal.

Los cumpleaños son momentos importantes. Marcan ciclos, terminan etapas, inician nuevas… son momentos de reflexión y de proyección. Cuando se tiene una buena vida, el cumpleaños, llega como una gran celebración, la cual se traduce en abundancia de pensamientos, acciones y metas por desarrollar, lugares por visitar, gente a quien conocer y compartir. Sin embargo, cuando se tiene una vida miserable, el cumpleaños solo llega para reforzar la amargura y los pocos deseos de vivir.

Hay épocas que uno se siente joven, lleno de vida y percibe al mundo un conjunto de aventuras divertidas, exóticas y llenas de sorpresas. Así entonces, la vida se ve como algo grandiosa e interesante. Por lo tanto uno actúa como si todo lo puede, sin miedos, ni limitaciones.

En cambio hay otras fases, donde esta motivación se desvanece, creando una sensación de vivir en un mundo pequeño, hostil y complicado. Aquí es donde los sueños se tropiezan y se comienzan a diluir y la energía es más densa. Son años más pesados, en donde la diversión se cambia por obligaciones y responsabilidades. La fantasía infantil se confronta con una realidad en algunos casos no tan prometedora y angustiante. Años de duda, de confrontaciones y de lucha interna.

Finalmente, se llega a una etapa de madurez, de aceptación y balance. Esta es una época en la cual se logra conciliar los sueños, la realidad y las posibilidades. Un momento importante en la vida de todo ser. Este es el momento que se logra tener paz interior. Es el tiempo en la vida que se puede reconocer que, ni todo es tan fácil y bello, pero tampoco todo esta obscuro, es malo o peligroso.

Sea cual fuere la época que uno celebra su cumpleaños, este es un día especial para el festejado. Es un día digno para celebrar. Un momento importante para reafirmar la misión particular de vida, encontrar el propósito (si aún no lo a reconocido), y sobretodo, festejar con alegría la nueva oportunidad que la vida está brindando.

Feliz cumpleaños a mí, a ti y a todos.

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La receta

Descubre el secreto de vida

Ingredientes

  • 1 taza de gratitud – aprecio y agradecimiento por la vida y todo lo que se tiene
  • 1 manojo de determinación – valor y esfuerzo para descubrir la misión propia y lograrla
  • 2 cucharadas de perseverancia – fortaleza para vencer los retos y los obstáculos
  • 1 manojo de espontaneidad y alegría – deseo de sorprenderse, curiosidad y felicidad
  • 1 chispa de inspiración – pasión, motivación y creatividad para vivir

Recomendación del Chef: Hay que disfrutar y celebrar la vida que tocó vivir, sin buscar explicaciones que no se tienen. Se debe luchar y buscar los destellos de luz en los instantes que iluminan el camino y así, vivir la vida, lo mejor que se puede con lo que se tiene.

Como se encuentra el secreto de la vida:

1. RECONOCE que tú eres una persona única, y nadie puede vivir tu vida. Cuando se toma conciencia de la misión que cada uno tiene, la vida tiene sentido y los obstáculos se convierten en simples oportunidades para crecer y fortalecer el camino.
2. Vale la pena vivir, disfrutar y celebrar la vida. Cada persona tiene la oportunidad de vivir una vida, así que hay que vivirla al máximo. Hay que aprovechar todo lo que llega, bueno, malo, difícil o no tan deseado. Después de todo si tú no vives tu vida quien mas lo hará.
3. Si no se lucha por lo que se quiere, la vida no tiene un buen sabor. El patrón de vida consiste en sentir la chispa de inspiración, luchar largas batallas y derrumbar los obstáculos, para que al final, uno logre encontrar la satisfacción de sus logros y haya valido la pena vivir.

“El secreto de la vida es vivir con gusto, ilusiones y con determinación. Recordar que hay que celebrar y que cada día es un regalo que la vida nos está otorgando. Muchas Felicidades”

¿Cómo educas a tus hijos?

Como padres uno quiere dar lo mejor que tiene a sus hijos, esperando que ellos crezcan sin carencias y se conviertan en personas exitosas y felices. Así, como papás uno se esfuerza y hace todo lo posible para crear las mejores oportunidades y educar a sus hijos con condiciones “superiores” de las que uno mismo fue criado.

Sin embargo, ¿pudiera ser posible que los mensajes que entendieron los hijos, no resultaron tan efectivos como se esperaba? ¿Sera probable que la comodidad y el exceso de prestaciones haya creado una generación de expertos en redes sociales, internet y teléfonos celulares, los cuales los ha convertido en tiranos, que exigen resultados inmediatos. Personas que solo desean vivir en el instante, sin medir consecuencias o dar oportunidad a que los procesos naturales se desarrollen.

Esta generación siente que el mundo es tan accesible, por lo que todo creen que está a su disposición, ellos se sienten seres únicos y especiales, consentidos que se les dio todo lo que piden y hasta de más.

Es injusto juzgar y culpar solo a los jóvenes por sentirse el centro del universo y pretender que con poco esfuerzo pueden lograr grandes resultados. Gran parte de este problema proviene de la casa y los padres que criaron a estos seres divinos.

Aquellos padres que evitaron la confrontación, se olvidaron de los límites, nunca resistieron la crítica de los profesores e insistían que sus hijos eran verdaderos genios y artistas. Cunado sus chiquitos tenían problemas en la escuela, asumían que estos tenían que ver más con la falta de control del maestro o con los problemas de aprendizaje y la con necesidad de tomar medicinas para controlar el estrés, la ansiedad y la falta de concentración que con el desinterés y la apatía.

Los padres que retaron al coach o al entrenador del deporte que participaban sus campeones cuando sus pequeños no jugaban como titular del partido. El inventar premios y medallas con categorías irrelevantes con el fin de no lastimar la autoestima de sus pequeñas joyas.

Los modales, los valores, el trabajo pesado, el respeto a la autoridad y la disciplina …quedaron en el olvido. Lo importante: cuidar la apariencia y no exigir aspectos que causen conflicto.

Las comparaciones, la compulsión por sobresalir, la obsesión por el éxito y los resultados, así como la necesidad de validación continua, entre tantas ideas toxicas, han desubicado a los jóvenes, hijos prodigio, seres perfectos y excepcionales.

En realidad, los hijos, así como sus padres, no son, ni tienen que ser personas perfectas, famosas, millonarias y físicamente espectaculares para ser merecedores del amor. Los hijos valen porque son hijos. El mejor que cualquiera puede tener.

Como actúan los padres, es el cómo educan a sus hijos.

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La receta

Padres exitosos

Ingredientes:

  • 1 taza de ejemplo – acciones y actitudes diarias que demuestran carácter e integridad
  • 1 taza de confianza – amor, pertenecía y alumbramiento que guía y da sentido al vivir
  • I manojo de tiempo – dedicación, presencia y constancia en la vida diaria
  • 1 sobre de valores– honestidad, sensibilidad, vulnerabilidad y sobretodo autenticad personal
  • 2 cucharadas de gratitud – reconocer y apreciar lo que se tiene y lo que se recibe

Recomendación del chef: Ayuda a tus hijos a reconocer su valor. No les pidas que sean perfectos, ni les exijas que sean algo que no son. Esto solo los convertirá en esclavos y estarán esperando la continua validación de los demás.

Como ser mejores padres:

1. Los hijos complementan la vida de sus padres no la limitan. Es importante balancear los intereses personales, las obligaciones y las responsabilidades para vivir una vida plena, siendo adultos que tienen vida propia y además cuidan y nutren a su familia.
2. El trabajo de ser padre radica en amar a sus hijos como son no es crear un mundo perfecto y sin complicaciones. Hay que amar sin exigir prerrequisitos, enseñar el valor de la vida y proveer con herramientas adecuadas para que sus hijos puedan ser seres independientes, íntegros y responsables.
3. Ser honestos y responsables es más importante que llenarlos de cosas que no necesitan. No hay que dar lo que no se puede y lo que no se tiene. Los hijos perciben la realidad por más de que sus padres la quieran esconder.

“No existen garantías para asegurar que los hijos tendrán éxito y serán felices en la vida, pero hay mejores probabilidades cuando los padres demuestran con su ejemplo los valores y actitudes que enseñan”.

¿Por qué lo que se dice nunca es lo que se entiende?

Los conflictos y las desilusiones más grandes que suceden generalmente tienen que ver con los mal entendidos creados por las palabras. Uno cree que dice lo que piensa, sin embargo… el otro escucha lo que le conviene, lo que le interesa o se le hace más lógico desde su propia perspectiva.

Así la mayoría de las personas, se quedan perdidas en el tránsito de las palabras. De la boca de uno a los oídos del otro, los sentimientos y las expectativas y/o necesidades personales se interponen entre el sonido y la percepción. Como resultado, la mente elije el mensaje que le acomode mejor. Creando un diálogo interno que en ocasiones no tiene nada que ver con la intensión o con las palabras que escucho. Así, NO necesariamente el que escucha se queda con el contenido más sano, más claro o más lógico; todo tiene que ver más bien con los intereses, intenciones y hasta con el estado de ánimo personal de la persona que escucha las palabras.

“Cada palabra forma un mensaje distinto dependiendo de la persona que lo escucha”

El escuchar implica asociar una secuencia de sonidos que se acumulan en la memoria y se combinan con la interpretación de la mente, por lo tanto, los conceptos que se entendieron dependen de un proceso que nadie puede ver, entender o comprobar. Esto es justo la razón por lo cual uno puede elegir escuchar lo que le parezca, puede negar o optar olvidar mensajes que fueron dichos y aparentemente el emisor los tenia claros y muy concretos.

Lo que para una persona es obvio y queda clarísimo, para otra es más que dudoso y obscuro. La mente no siempre se explica con la claridad. Por lo tanto, solo es de imaginarse que el que recibe la información por supuesto tampoco la entiende y procesa como uno se espera.

Frases como “te lo dije” “Ya lo habíamos hablado” “Yo nunca quise decir eso” “¿Cómo no entendiste que ya habíamos terminado con ese tema?” “yo pensé que estaba clarísimo” etc… son simples ejemplos de cómo la mente no estructura los mensajes que recibe de la manera que uno supone.

Del mismo modo, lo que para uno es una buena sugerencia, el otro lo recibe como reproche o critica, y lo que uno expresa con certeza, el otro lo entiende como imposición o castigo y así sucesivamente se deforma la comunicación.

La palabra tiene mucho que ver con la fe, la buena intención, la calidad emocional y la confianza que las personas se tengan entre sí. Un buen dialogo crea una conexión y empatía. Una plática con interpretaciones personales no aclaradas crea distancia, conflicto y dolor.

El bienestar emocional se destruye cuando las personas solo toman parcialidades de las palabras que escuchan, hacen sus interpretaciones propias y toman en cuenta solo ciertas partes de la verdad que deciden escuchar.

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La receta

Escucha la realidad no la interpretes

Ingredientes:

  • 1 taza de conciencia – reconocer que uno es responsable de aclarar dudas y no malinterpretar
  • 1 manojo de objetividad – aceptar los diálogos como una forma legítima de comunicación
  • 2 piezas de aceptación – apertura y tolerancia a nuevas ideas y distintos puntos de vista
  • 1 cucharadas de respeto – libertad de expresión y elección para exponer y aceptar a los demás
  • 1 pizca de ojo noble – buscar siempre el lado bueno y positivo de lo que se escucha y se dice

Recomendación del chef: Nuestra responsabilidad consiste en construir y mejorar la comunicación que fortalece las relaciones personales. Por lo tanto, hay cuidar la forma y el modo cuando se habla para evitar dudas y mal entendidos. También hay que reconocer que cada quien tiene un proceso interno distinto. Hay que ser claro.

Aprovechando lo mejor de la comunicación: La Palabra.

1. Una palabra bien utilizada crea entendimiento, conecta a las personas y promueve el bienestar. No hay distancia ni mal entendido que no se aclare cuando se utilizan el vocabulario adecuado, claros y con buenas intenciones.
2. Reconstruir la comunicación con los fragmentos de verdad y las interpretaciones personales es una labor difícil pero necesaria. El único propósito del lenguaje es comunicar, entender, expresar y unir a las personas, un fin que nunca se debe de olvidar ni de confundir.
3. El escuchar da la oportunidad para decidir, uno puede creer o dudar, acercarse o alejarse. Las palabras son sonidos que no se ven, por lo tanto, no se pueden comprobar, es la persona la que tiene el poder de decidir qué hacer y cómo actuar con lo que escucha.

“Para vivir bien hay que ser responsables y escuchar con el corazón, no con la mente. El oído solo refuerza la fe y la confianza que los ojos no pueden ver.”

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¿Por qué el amor crea tantos conflictos?

El problema más grande que existe hoy en día, es el que el término del amor está muy comercializado y por empaquetarlo en tantas distintas presentaciones, tristemente las personas olvidaron su esencia y han creado una idea falsa, consumista y generalmente irreal. Se le atribuyen características que satisfacen al ego, a todo lo material y a lo que se solo a simple vista se puede apreciar.

En realidad, el amor no se puede comprar, ni se debe vender, porque no tiene precio, ni forma física. El verdadero amor se da a manos llenas, con ojos cerrados y con el alma pura. Así es como el amor se regala y obtiene su verdadero valor.

Para el amor, no hay edad, código postal, religión, color, etc… el amor es una necesidad básica para todo ser humano. Este sentimiento, sostiene, enriquece, fortalece y da un propósito para vivir. Sin él, la vida es más difícil, desabrida y hasta menos tolerable. El amor sazona, motiva, e invita a la persona a ser y dar lo mejor de sí. Todas las personas necesitan sentir una conexión con otro ser.

El término del amor se asocia generalmente con apego, afecto, bienestar, seguridad… es un concepto universal que no tiene límites, ni fronteras. La persona que conoce y se siente querida, se considera una persona afortunada.

El amor, es un ingrediente valioso, que cuando se cultiva, nutre y se multiplica, logra que las personas que lo disfrutan vivan contentas, seguras y satisfechas. Sin embargo, su ausencia provoca carencias, soledad, angustia, enfermedades y hasta puede evaporar el ánimo y terminar con la esperanza y con la vida misma.

El sentimiento del amor proviene de uno mismo y solo después, se le puede proporcionar a los demás, ya que no se puede dar lo que no se tiene y tampoco se puede recibir lo que no se conoce.

¿Entonces que es el amor?

El amor es un sentimiento de bienestar que surge de la aceptación de uno mismo. Este concepto de reconocer que uno es suficiente exactamente como es. El amor es una emoción que se nutre, se pule y se crece. También es una conexión real con uno mismo y con los demás que se caracteriza por ser una decisión voluntaria de querer dar y compartir la vida.

El amor desviste al alma, permitiéndole enseñar su fragilidad y las imperfecciones personales, sin crear incomodidad o resentimientos. El amor es el aprender a caminar junto a otro, sin pedirle que cambie; porque reconoce y respeta sus diferencias.

Solo se puede amar, cuando uno se aprende a amar a sí mismo primero. El amor no habla de dinero o propiedades materiales. El amor es el ingrediente mágico que le da brillo y claridad a la vida, no crea conflictos, al contrario, nutre al alma, promueve el diálogo y fortalece las relaciones personales.

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La receta

El amor

  • 1 taza de decisión personal – compromiso voluntario para dar lo mejor se si al otro
  • 1 manojo de dedicación – acciones diarias que nutran a la relación
  • 1 cucharada de respeto – aceptación de las diferencias sin exigencias o condiciones
  • 2 ramitas de compasión – empatía para entender las intimidades y los problemas
  • 1 gota de gratitud – agradecimiento por la compañía, la vida y todo lo demás.

Recomendación del chef: El amor no se puede imponer, se nutre y se cultiva, pero es imposible hacer que alguien te quiera, si esa persona no está dispuesta a quererte, por eso se dice que el amor tiene algo de magia y algo de locura.

Que es el amor:

1. El amor es una decisión personal, es un regalo que surge del alma. Este sentimiento no pide nada a cambio y su mayor satisfacción es el de poder dar lo mejor de sí a la persona querida. No tiene limitantes y siempre está dispuesto a dar más de lo que ya se dio.
2. El amor sobrepasa las resistencias personales. Porque el amor reconoce y acepta las diferencias personales, promueve el compromiso y el deseo de mejorarse con el fin de nutrir continuamente su relación y su propia persona.
3. El amor es un ingrediente valioso que le da sentido a la vida. El amor otorga un sentimiento de pertenecía y conexión condiciones que solo se dan por medio de la autenticidad y la acción real de estar presente lo cual alimenta al alma, a la autoestima y al bienestar personal.


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