Cuando se terminan las relaciones, muy rara vez se terminan en buenos términos. Generalmente al acabarse el amor también se pierde el respeto, la paciencia y aquello que en su momento fue armonioso y civilizado se convierte en un caos. Todo es motivo de lucha, ya sea la casa, el coche y aun los niños.
Ciertamente hay relaciones que no dan para vivir hasta que la muerte las separe. Sin embargo, aunque la separación sea inevitable hay que tener consideración. Después de todo, un tiempo atrás estas personas que hoy se maltratan mutuamente, un día se juraron amor eterno y compartieron importantes momentos.
Ricardo decidió que su matrimonio con Marisol se había terminado. Ya no había nada que hacer y su mujer ya no era la persona con la que quería pasar el resto de sus días. Por ello la echó de la casa y luego la desmanteló y la rentó con el fin de asegurarse de que Marisol no pudiera regresar a vivir allí. La forzó junto con los ninos a que se fueran a vivir a la casa de los padres de Marisol. Le quitó el coche, el teléfono celular y le dijo que no la iba a mantener más. No se tocó el corazón y no le dio remordimiento.
Ahora la relación depende de las negociaciones de los abogados. Los niños se han quedado sin casa y sin hogar. Si les va bien, cuando las aguas se calmen posiblemente verán a su papá una vez a la semana.
Ricardo se ha endurecido y está manejando el divorcio como un mal negocio o como una pelea con un enemigo. Se olvidó que sus hijos están de por medio. ¿Qué pasó con el hombre recto, educado y noble que solía ser? Quizá estuvo mal aconsejado pero como fuere ha destruido un hogar y ha perdido su dignidad.
Marisol por su lado ha empezado a escuchar a los abogados, a sus amigas y a todas las personas que la apoyan. Ha dejado su habitual dulzura a un lado y se ha transformado en una mujer astuta, que negocia con abogados y que quiere sacar provecho de la situación tan dura que está viviendo.Cuando se enamoraron, ambos eran las personas más bellas, maravillosas y apasionadas. Ahora que se están divorciando, el otro es egoísta, cruel y despiadado.
Recetas para la vida®
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Negociando sin enojo
Para los divorcios difíciles
Ingredientes:
- 2 tazas de control y entendimiento
- 3 piezas de reconocimiento
- 1 cucharada de respeto
- 1 manojo de comunicación clara y simple
- 1 lata de integridad
Condimentos:
Buenos recuerdos, buena disposición (a pesar de difícil) y flexibilidad
Nota del chef: Cuando la venganza, el coraje y la amargura llenan el corazón las acciones contra la pareja resultan desastrosas y no hay manera de poder razonar adecuadamente.
Modo de preparación:
- Aceptar el fracaso y la desilusión por perder una relación importante nunca es fácil. Reaccionar con enojo es una salida rápida y cómoda que llena muchos vacíos y enmascara los verdaderos sentimientos, lo que permite evitar afrontar el dolor y la decepción que realmente se siente.
- Sólo cuando se logra valorar, entender y respetar al otro se lo puede dejar ir en paz y terminar la relación. Se debe admitir que cada quien tiene sus propias expectativas, así como sus propios asuntos que resolver. Culpar, sospechar, castigar, querer ganar a toda costa, dejar de comunicarse y ser inflexible, sólo empeora la situación y hace todo más doloroso y difícil.
- Basta con tener un mal matrimonio como para también tener un mal divorcio. No sirve de nada causar heridas emocionales, tener un mal sabor de boca y destruir las pocas buenas memorias que se tiene. Cuando uno actúa con bondad, compasión y respeto, finalmente el más beneficiado es uno mismo, ya que se siente mejor persona.
«Todos saben con quién se casa, pero nadie sabe de quien se divorcia»





Estar sano y poder disfrutar de la vida es una de esas grandes cosas que se tiene y que en muchas ocasiones no sabemos valorar mientras duran. Cuando hay salud tenemos todas las posibilidades para poder aprovechar y disfrutar la vida. Desafortunadamente, la mayoría de las personas comienzan a valorar su salud justo cuando la pierden. Estar saludable implica cuidar el cuerpo, comer en forma nutritiva, descansar, hacer ejercicio, pero también tener una buena actitud ante las circunstancias que se presentan, gozar de pensamientos positivos, estar alegre, ser amable y agradecido. La salud es indispensable y realmente no tiene precio.
¡Cuánto tiempo pasamos lamentándonos por lo que pudimos haber hecho y que no hicimos o lo que en la vida pudo habernos pasado pero que no sucedió! Esto se acentúa sobre todo cuando no estamos contentos con nuestro presente. ¿Pero es posible que a pesar de todas las dificultades que tenemos que enfrentar nuestro presente sea lo mejor que nos pudo haber pasado?
¿Quién no tiene algún hábito que podría cambiar, mejorar o dejarlo ir? Todos tenemos algo que podríamos hacer para mejorar y vivir mejor. ¡Qué fácil suena pero qué difícil es establecer nuevas rutinas y cambiar viejas y malas costumbres aunque sepamos que son perjudiciales! Hay desde aquellos que se muerden las uñas, mienten, llegan tarde, los que gastan demasiado, no duermen lo suficiente, no comen bien, los que hablan más de lo que deben y con los que no deben y hasta aquellos que tienen hábitos tan malos que están esclavizados y se deterioran sin poder parar. Estas personas sufren de severas adicciones como el alcohol, las drogas, el cigarrillo, el sexo, el robar o el mentir entre cientos de hábitos que la gente puede adquirir, a veces, incluso casi involuntariamente.
¿Cómo nos sentimos cuando estamos rodeados de gente con caras amargadas? Quiera uno o no, el rostro de uno no es una propiedad privada ya que se expone constantemente al público. Por ello, tenemos la responsabilidad de sonreír independientemente de cómo nos sintamos. Por otro lado una pequeña sonrisa puede tener un gran alcance…
Muchas veces no es tan importante cuanto poseemos sino que hacemos y como nos comportamos con aquello que tenemos. El dinero y las cosas materiales son medios que permiten vivir cómodamente, pueden abrir muchas puertas y ofrecer una sensación de seguridad; sin embargo, no lo son todo. La vida es un poco más compleja que un buen sueldo, una casa grande y mucho dinero para gastar o ahorrar.
¿Sabes que es lo que ayuda a recuperarse de una enfermedad? Una buena amistad. Varios estudios demuestran que tener buenos amigos ayuda a mantener la salud mental, física y emocional. La falta de amistades, por el otro lado, afecta negativamente. Los amigos ofrecen un gran apoyo en las buenas y en las malas. ¡No hay como el tener a alguien con quien poder compartir y sentirse acompañado!
Las adicciones no sólo pueden terminar con la vida de uno, también destruyen a la familia y a los seres queridos. Cuando una persona toma el camino de autodestruirse, cuando se hunde a sí mismo y se refugia ya sea en las drogas, el alcohol o en cualquier comportamiento tóxico, termina por perder todo lo que tiene y dañar a quienes más quiere. Tristemente, nadie ni nada puede hacer que estas personas reaccionen si ellas mismas no están dispuestas a intentar ayudarse.
¿Utilizas tu poder para construir o destruir? El poder es la habilidad de influenciar y causar cambios. Cuando está bien empleado tiene la posibilidad genuina de crear, consolidar y dejar una marca positiva en este mundo. De lo contrario puede ser perjudicial y peligroso. Todos tenemos la capacidad de hacer la diferencia. El poder viene acompañado de responsabilidad, de hacerse cargo de lo que a uno le corresponde con el propósito de cuidarlo y mejorarlo.
¡Cuánto más grandiosa o ilusoria es nuestras expectativa, mayor llega a ser la desilusión! Esperar o exigir algo de alguien que no lo puede dar es una formula segura para frustrarse, irritarse e incluso deprimirse.