Rodrigo un muchacho joven y sano terminó en la sala de emergencia en el hospital después de haber pasado todo el día en compañía de sus amigos. ¿Qué fue lo que le sucedió a este joven? Él, ni estaba enfermo, ni es un muchacho problemático. Rodrigo y sus amigos salieron a comer a un restaurante después de haber estado paseando por el centro comercial toda la tarde, pero para ellos esto no era suficientemente divertido. Afortunadamente en la noche tenían una gran fiesta, donde estaban invitados todos los jóvenes más populares del grupo, en un lugar muy exclusivo con la mejor música del lugar. Sin embargo, para Rodrigo esto no fue suficiente. Al sentirse un poco aburrido, buscó algo más para entretenerse. Decidió tomar un poco de alcohol y lo mezcló con las bebidas que estimulan la energía.
Los muchachos tuvieron que salir de la fiesta ya que Rodrigo comenzó a sentirse mal. Tuvo una reacción alérgica y no paró de vomitar por varias horas. Fue así como llegó al hospital. Los doctores no podían entender que era lo que le había causado tal reacción. Finalmente, al descubrir lo que había ingerido, determinaron que el alcohol junto con las bebidas para dar energía causaron aquella reacción que hubiera podido ser fatal.
Los amigos de Rodrigo están preocupados por él, pero aseguran que lo que le pasó a Rodrigo, no les puede pasar a ellos, sólo fue mala suerte. Sin embargo, ellos no se comportan de una manera muy diferente que su amigo. Al igual que Rodrigo, estos muchachos buscan constantemente como entretenerse y cada vez necesitan más excitación para lograrlo. Si no se divierten, se sienten apáticos, por eso buscan llenar su tiempo pasando largas horas frente al televisor, jugando juegos de video, buscando fiestas y cuando no les es suficiente la diversión, recurren a las bebidas y a las drogas.
Estos muchachos son jóvenes comunes que van a la escuela, viven pegados al teléfono, siempre están en búsqueda de lo más nuevo tanto en la moda como en la tecnología, así como en el entretenimiento. Son muchachos queridos y nada les falta, sin embargo no son felices. Se sienten vacíos y confunden las grandes emociones con la felicidad. Esta búsqueda se convierte en una adicción, donde cada vez es necesario buscar una dosis mayor para sentirse más estimulados. El juego de la adrenalina es el motor principal de sus actos.
Ellos han creado y viven en un mundo hueco que se asemeja a un gran parque de diversiones abierto continuamente. Asocian la felicidad con el placer, donde persiguen una ilusión y un deseo que se desvanece en el mismo instante en que han logrado alcanzarlo. Por otro lado, el esfuerzo y el trabajo laborioso es considerado por esta generación como sinónimo de la infelicidad e innecesario, evitando así realizar todo aquello que implique esfuerzo o responsabilidad; sin percatarse que esto será lo que finalmente los conduzca a conseguir sus metas y objetivos verdaderos. La felicidad tan anhelada no es la que se equipara con el principio del placer sino la que se consigue a través de valores y logros irreemplazables.
Llenando el vacío de la vida
Ingredientes:
- 1 taza de Conciencia
- 1 taza de Responsabilidad
- 1 manojo de Obligaciones
- 3 cucharadas de Disciplina
- 5 gotas de esencia de Valores familiares
- Una pizca de tolerancia al aburrimiento
Condimentos:
Esfuerzo, entusiasmo, comunicación, gratitud.
Modo de Preparación:
Estar divertido, no es sinónimo de ser feliz. Cuando vivimos con la idea que el placer debe ser la fuente de la felicidad creamos también la dependencia y la adicción a la búsqueda de la excitación. Nada es suficiente y todo es aburrido, después de probar el primer bocado el siguiente lo encontramos desabrido. De alguna manera es como si esperásemos que cada vez nuestros bocados se tornaran en un nuevo sabor, manteniéndonos entretenidos continuamente.
La verdadera felicidad es aquella que se consigue a través del compromiso y el esfuerzo, donde las cosas que se quieren tienen un verdadero valor en la vida. Para lograr la preparación adecuada de esta receta es necesario tener persistencia, disciplina y hacer múltiples intentos, experimentando quizás algo de frustración y sobre todo poniendo mucho esfuerzo y dedicación hasta llegar a dar con la medida apropiada. A veces implica luchar, en algunos casos sufrir un poco y trabajar; tomar conciencia y responsabilidad. Es importante comprometerse con aquello que se desea. El verdadero sabor de la felicidad está compuesto con varios ingredientes profundos y significativos. No se puede obtener la felicidad buscando sólo la diversión. La felicidad tan anhelada no se alcanza por medio del placer, se consigue a través de valores y de logros irreemplazables. Para divertirse, sólo hay que tener buenas fuentes de excitación sin obligación o responsabilidad. El buen cocinero nunca confunde esta diferencia.
Fuente: www.recetasparalavida.com