Un segundo, un minuto, una hora, un día, una semana, un mes, un año, hoy, ayer, mañana. Todo lo anterior podemos traducirlo en tiempo, el tiempo que marcó el ser humano para determinar el lapso entre un acontecimiento y otro, e inventó infinidad de formas para atraparlo y convertirlo en historia. Cuando su intelecto le reveló el uso de los números, supo entonces cómo determinar cada momento desarrollando así un instrumento que lo midiera, terminando al final con el nombre que hoy conocemos como reloj.
El reloj inició su camino hace más de tres mil años hasta llegar a la muñeca del hombre. El más antiguo es el GNOMON, reloj de sol que, por medio de una varilla con un extremo curvado, proyectaba la sombra de la curvatura sobre el resto de la vara marcada con algunas rayas señalando las horas. Al GNOMON le siguió el obelisco, con la misma técnica de proyectar la sombra del sol. La CLEPSIDRA es el reloj de agua en el que por medio de dos vasijas con orificios –una llena- el agua fluía de una a otra teniendo ésta en su interior marcas para medir las horas. El reloj de arena fue el más conocido en su tiempo, con un funcionamiento tan práctico que hasta el presente los fabrican con arena, siendo el más popular y de uso práctico el de sólo tres minutos, el tiempo que tarda en su cocción un huevo tibio.
Uno de los sistemas de medición del tiempo más curioso, es el inventado por los chinos. Consistía en una cuerda anudada en determinados espacios. La cuerda era quemada como incienso y al consumirse su primer nudo transcurría la primera hora, dos horas en el segundo nudo y así hasta terminar.
Galileo descubrió que un péndulo oscila en intervalos en igual periodo de tiempo. Con este descubrimiento, Christian Huygens logró en 1673 fabricar el reloj oscilatorio con gran exactitud. Más adelante inventó el regulador de resorte espiral, el que al enrollarse y desenrollarse accionaba todo un engranaje con exactitud casi perfecta. De ahí partieron los relojes de bolsillo y posteriormente los de pulsera con toda su historia de transformaciones: los de cuerda, los automáticos, los accionados por impulsos eléctricos, los de cuarzo, de cristal líquido y pantalla luminiscente, los atómicos y los que conllevan en su mecanismo un buen número de funciones. Uno de los relojes con más funciones innovadoras es el de bolsillo de 18 kilates que cuenta con 33 características, que van desde las más conocidas hasta la hora solar, la sideral, calendario perpetuo secular, fechas de Pascua, cronómetro, mapa celeste sobre cristal zafiro que muestra la Vía Láctea y 2800 estrellas del hemisferio norte en cinco diferentes magnitudes. Una verdadera joya para uso masculino.
Aunque la moda de los relojes ya cambió bastante, siempre se han diseñado los femeninos más pequeños que los del hombre y con la función principal de dar el día y la hora con diseños de joyería fina para las damas con alto poder adquisitivo, contrastando con los de las jóvenes que se interesan más por las opciones prácticas.
De todos los modelos de relojes anteriores existe uno que sí realmente me ha impresionado por sus funciones y la forma en como se maneja. Es el llamado Reloj Mundial que da información inesperada. Si desea estudiarlo, su búsqueda es la siguiente: poodwaddle worldclock