Hay que cuidar y proteger la esencia que crea esta fortaleza, agrega sentido a la vida y proporciona gratitud, factor crucial para la felicidad. Estos son los ingredientes que constituyen los pilares del bienestar emocional, el crecimiento – desarrollo personal y sobretodo la paz del alma.

La fe es mucho más allá que una creencia religiosa, la fe constituye la base que conecta al ser con su mundo, comprende y ayuda a las personas a superar situaciones difíciles y dolorosas, fuerza para sobrellevar las situaciones que no tienen explicación. Es un acompañante innato, incondicional que se enriquece por medio de las acciones diarias, la conciencia, el estudio, la experiencia y el razonamiento.

La fe es una fuente para la nutrición emocional. La persona que le complica o no puede apreciar este ingrediente tan delicado, puede que de alguna manera limitarse o carecer de algunas herramientas básicas para sentir, bondad, confianza, perspectiva en su vida y sobre todo para vivir en armonía.

La fe no es un dogma, ni un credo, es mucho más que eso, no tiene una institución, ni una etiqueta exclusiva. La fe es la confianza y el diálogo interno con uno mismo y con sus creencias. La fe es un ingrediente importante para vivir.

Es más fácil tener fe cuando esta no se cuestiona y además se vive en un ámbito apoyado por creencias e ideologías que incluyan fe en la vida diaria. Sin embargo, el camino para obtener y disfrutar de este ingrediente no siempre es tan fácil y claro, de hecho hay muchas personas que no lo encuentran, lo cuestionan y le confrontan.
Preguntas y afirmaciones como ¿Porque a mí? ¿Que hice yo para merecer esto? ¡Claro que yo no creo en esto! etc…

Son situaciones límite que ponen en juego la esencia de este ingrediente preciado y frágil, enfermedades incurables, pérdida de personas queridas y de trabajos, crisis, etc…

¿Cómo poder decir «ten fe, encuentra la fortaleza, busca la luz» cuando todo parece tan oscuro? Ciertamente no se puede estar buscando revelaciones divinas para poder volver a sentir y reencontrar la confianza que se ha perdido.
Hay que recordar que pase lo que pase lo único seguro es que mañana va a volver a salir el sol y con él, una nueva oportunidad de encontrar el camino que se ha perdido. Con fe… la vida sabe mejor.

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La Fe

Ingredientes:

  • 2 trocitos de gratitud – aprecio y humildad que reconoce la magnitud de la vida
  • 1 cucharada de reflexión- dialogo privado con uno mismo
  • 1 lata de confianza- comprensión del universo, se dios o de la fuente que inspire
  • 1 pizca de valor- paciencia y esperanza con serenidad y fortaleza
  • 1 taza de alergia – amor y goce por la vida

Recomendación del chef: Cuando se reconoce y se aprecia el valor ten increíble que tiene la fe, es imposible no cuidarla, mantenerla y ejercitarla diariamente. La fe ayuda, acompaña y mejora la calidad de la vida de todos.

Conoce y entiende la fe, sin caer en un dogma.

  1. La fe es un ingrediente innato, incondicional que se tiene a pesar que en ocasiones no se le pueda reconocer. Curiosamente la persona que más la necesita… quizá es la que menos la busca. La fe siempre está cerca depende solo de la actitud y la percepción personal.
  2. Entre más fe se tiene, mayor es su fuerza. Este es un ingrediente en la mayoría de los casos se encuentra en momentos de crisis, en situaciones cruciales o en periodos difíciles. En el momento que se reconoces, nunca se olvida ni se pierde.
  3. La fe, ayuda, enseña y fortalece el alma y la existencia. La fe es un ingrediente positivo, nutritivo que permite encontrar la paz en el corazón, ensena las lecciones más importantes en el camino de la vida, transforma un momento ordinario y difícil en una prueba invaluable llena de sentido y sobretodo da consuelo y compasión.

«La fe es un ingrediente valioso que mejora la calidad de la vida y abre el horizonte de la confianza y la gratitud.”

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