Nadie tiene el derecho de lastimar, ignorar o humillar a nadie. No importa si su intención tiene una buena justificación.

Que impotencia como mamá, es ver como tu hijo sufre las injusticias de un mal profesor o un coach deportivo. Cuando hay adultos irresponsables o malditos que no tienen intenciones de ayudar a sus alumnos porque están cegados por su poder. Cuando estos eligen a sus alumnos prodigios, favoritos y los levantan haciéndolos sentir importantes, queridos y con mucho futuro fabuloso ya que estos tendrán mejores posibilidades para triunfar.

Pero qué pasa cuando ese mismo poder que tienen estas personas para crear y ayudar, lo mal utilizan para discriminar hundir y lastimar. ¿Cuántos niños hubieran podido ser grandes futbolistas y han dejado de jugar simplemente por las exigencias y las criticas tan severas de sus coaches? Cuántos otros niños que no pudieron aprender al compás de todos los alumnos de sus salón, crecieron sintiéndose tontos y prefirieron no estudiar más, ya que los maestros dejaban que sus compañeros se burlaran de ellos y nunca les regalaron dos minutos de atención para dedicarles un poco más de tiempo para enseñarles a leer o a entender el tema que se les dificultaba más que a los demás…

Cuando los adultos son la autoridad, y tienen la responsabilidad de guiar y formar ya sea niños o jóvenes deberían de tener mucho más conciencia del compromiso de su trabajo. Porque no solo constituyen un ejemplo para algunos son quizá la única posibilidad que tengan para poder cambiar su realidad.

Hay algunas personas, se engolosinan con su posición que pierden la visión de su trabajo, en lugar de educar, formar, inspirar y motivar a sus alumnos o a su equipo, lo único que hacen, es lastimar según “por el bienestar de los alumnos o por el bien del equipo” olvidándose que su trabajo no era solo el ganar el torneo u obtener el título del mejor maestro del vecindario, sino el formar personas integras, motivadas y seguras que se sientan seguras de sí mismas y además como una ganancia secundaria, ganar la medalla y subirse en el podio de los ganadores.

La cuestión aquí es como padre que puedes hacer cuando ya viste que el maestro está lastimando a tu hijo y la escuela no te apoya, que caces cuando tu hijo quiere jugar un deporte y el coach insiste en no dejarlo jugar, a pesar de que el niño efectivamente es bueno…

Tiene que haber padres responsables, con suficiente compromiso para apoyar a sus hijos y compensar el daño que estos malos maestros y coaches pueden hacer. Como padres hay que estar PRESENTES. Hay que luchar con prudencia y apoyar a los hijos, porque nadie tiene el derecho de quitarles el auto estima que en momentos es tan frágil.

No es lo mismo luchar adulto contra adulto y tener la misma posibilidad de defenderse que una lucha entre un adulto y un joven o un niño donde no tienen la misma posición ni la misma perspectiva.

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La receta

Protegiendo a tus hijos

Ingredientes

  • 1 rebanada de buen ojo – buscar siempre cualidades positivas en los demás
  • 1 cucharada de conciencia – reconocer la importancia de la confianza
  • 1 taza de responsabilidad – obligación moral de actuar correctamente sin perjudicar
  • 2 piezas de autoestima – validar y nutrir el valor y amor propio
  • 1 manojo de integridad – fortaleza para cuidar y luchar por los hijos

Recomendación del chef

A pesar de que los maestros y los coaches son importantes y en muchos casos ayudar, uno como padre siempre tiene que estar al pendiente de sus hijos. Escúchalos, apóyalos y demuestra que sus sentimientos son importantes, así los vas a proteger de las personas que los pueden intimidar.

Como proteger a los hijos de los adultos injustos

  1. Recuerda que los maestros y coaches también tienen problemas personales. No juzgues antes de tratar de hablar con ellos y darles el beneficio de la duda. Lo mejor sería arreglar los malos entendidos lo más pronto posible.
  2. Los hijos deben de sentir el apoyo y la confianza incondicional de sus padres. Crear comunicación clara y sincera es la base de la confianza y la educación exitosa. Es importante aprovechar todas las oportunidades para acercarse a los hijos.
  3. Cuando no se puede cambiar la situación por lo menos se debe de aprender la lección. Hay veces que es imposible hacerse entender con los maestros o los coaches, por lo que lo único que queda será enseñarle a los hijos a lidiar con gente difícil y a poder fortalecer su carácter.
  4. Los mejores aprendizajes vienen de las personas que menos se espera, solo hay que estar abierto a poder entender las lecciones que estos ofrecen.

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