Es imposible tratar con una persona  que se encuentra poseída por su enojo. Cuando uno está  se enoja, dice cosas  espantosas, hirientes y  no tiene conciencia del dolor que causa.  Si por algún milagro, la persona iracunda llegase a  reconocer su enojo y toma conciencia por sus acciones, probablemente terminaría arrepintiéndose por su terrible comportamiento. Cosa que rara vez sucede.

Cuando uno explota impulsivamente, pierde la noción de la realidad, habla sin pensar, hace cosas que lastiman y daña a la gente cercana. Lo más triste de este asunto, es que cuando la persona está enojada, no escucha, no ve más allá de sus narices,  por lo que no entiende de razones.  El mismo crea conclusiones equivocadas  y no da oportunidad a escuchar aclaraciones, ni explicaciones. Se cierra emocionalmente y lo peor… sin darse cuenta que el daño que hace, es mucho grave para si mismo, que para la persona que lastima,  porque su enojo, lo ciega y lo enajena.

Lo ridículo de esta situación es que por un lado, la persona que está enojada escupe cualquier cantidad pensamientos cargados de coraje y de tonos negativos los cuales lastiman, ofenden y hacen sentir mal. Su enojo los clausura y les impide reconocer el malestar que causan ni la amargura que  ellos mismos comen. Por el otro lado, se encuentra la otra persona, la  victima del enojado, el individuo que recibe los gritos, las ofensas y los comentarios sínicos o negativos.

 El dilema: ¿cómo te puedes enojar con alguien que no está consciente de lo que dice? Esta persona, habla y actúa desde un punto de amargura y enojo que no le permite tener conciencia, ni sensibilidad.

El problema consiste que a pesar de que uno, la víctima, puede reconocer la ira y sabe que no tiene control sobre las ofensas de la persona que lo agrede,  pero el daño y el dolor es grave y la incomodidad es insoportable.

El reto es… NO ENGANCHARSE, poder reconocer el enojo, validar los sentimientos negativos y no tomarlos como un ataque personal. Claro que esto suena fácil,  pero es un desafío extremadamente  difícil.  Si te toma desprevenido o un poco  más sensible de lo normal, el enojo del otro te  jala por más de que tú seas una persona tranquila y ecuánime terminas gritando y peleando o te enojas y te frustras ante esta situación.

El enojo es contagioso, los sentimientos negativos infectan y se multiplican rápidamente una vez que estos se apoderan del alma es difícil poderlos controlar.

El secreto es, no nutrir la crítica, los pensamientos negativos, ni el enojo de cosas irrelevantes. Es importante estar consciente que el enojo es peligroso. Hay que enfocar la atención él lo bueno, buscar oportunidades para agradecer continuamente y estar consiente que el que se enoja pierde mucho.

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La receta

Ingredientes:

Amor propio

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Ingredientes:

1 taza de fortaleza- aguante ante una situación dolorosa fuera de control

1 taza de tolerancia – compasión por la persona que le falta autoestima 

2 manojos de inteligencia – reconocer y dejar pasar los comentarios hirientes

1 cucharada de distancia –  protección y separación emocional de la posibilidad del maltrato

1 pieza de conciencia – aceptar que no todo lo que sucede se puede controlar, ni entender

 

Afirmación positiva: Yo tengo el poder de controlarme para no engancharme con el mal humor y el enojo de los otros. Reconozco que la persona que me ofende y me grita, se encuentra enojada, tiene sus demonios internos y su problema no es conmigo. Yo estoy en armonía  con el universo y no permito que el malestar de otros me robe mi paz interior.

 

Como evitar el enojo de otros:

1. Es importante estar consciente de tus puntos sensibles y delicados. Solo lastima aquello que tu le das el poder. Si reconoces tus debilidades, las puedes fortalecer para que otros no te lastimen donde más te puede doler.

2. Aprender a controlarse es una acción que da bienestar y satisfacción. El desafío consiste en escuchar sin poner carga emocional a las palabras de las personas que ofenden por su enojo, reconociendo que el problema no es con uno por lo que no hay razón para luchar.  

3. Busca todo lo bueno que una mala situación te puede dejar. Si te lastiman, te fortalecen, si te critican te hacen importante, si te envidan, te hacen valioso, y si te desean lo peor, te van a ver progresar.

No te creas todo lo que escuchas, sobre todo si viene de una persona enojada, amargada o negativa. *Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso escrito del editor y sin citar la fuente. Copyright © 2005-2018 Recetas para la vida©. Todos los Derechos Reservados

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