La segunda guerra mundial provocó en el mundo muchos cambios en la moda, siendo uno de ellos el uso de los anteojos, vedado hasta ese entonces a las mujeres, pues su apariencia femenina se deterioraba ocasionando que ningún hombre se acercara a una dama con gafas. En los años siguientes, poco a poco fue cambiando el gusto hasta que por los 60 se consideró la moda de usar lentes, aún cuando no fueran necesarios. Desde luego que tal concepto cambió con la moda de las gafas para sol, montadas en armazones muy vistosos, creadas sobre todo en Italia donde diseñaron los primeros anteojos allá por el año de 1286.
Los antiguos griegos hicieron de la belleza un verdadero culto, y algunos afirmaban que la belleza era igual a la bondad o mejor que ella. Con esta creencia proliferaron los peluqueros y peinadores que se encargaban de hacer resaltar la belleza de la mujeres con peinados complicados a base de trenzas, rodetes y postizos sostenidos con redecillas, agujas y cintas. El pelo era perfumado y coloreado de negro o rubio. Los rizos en la frente se hicieron famosos al igual que largas mechas o trencillas colgando por los lados. Otra modalidad fue la que partía los cabellos por enmedio, echándolos hacia atrás ceñidos por una diadema, o el que divulgó la Venus de Milo con sus cintas y su moño.