En 1867 Europa y América se vieron invadidas por la moda de los polisones, que parecía inspirada en los patos. Por esos años creció la industria de los postizos: los había para engrosar y resaltar el busto, las caderas, el trasero, los muslos y hasta la cabeza. Ha pasado más de una centuria y parece que los postizos, sobre todo en los glúteos, volverán al mercado masivo, pues Estados Unidos e Italia no dejan de promover las bondades de los traseros en las envidiadas modelos de las pasarelas y las concursantes de belleza, como sucedió con las contendientes de Miss Italia 2007, quienes tuvieron que girar su cuerpo contra el jurado para mostrar la belleza de sus traseros y sólo así ser calificadas.
COMO TE VEN, TE TRATAN
Esta es una frase que nos ha marcado desde hace muchísimo tiempo. Las bisabuelas ya la decían y sigue en uso, encasillando la moda de acuerdo a la actividad o personalidad. Hay un vestuario determinado para cada acto de la vida social que, generalmente, se traduce en mensaje para quienes nos ven: las ejecutivas o ejecutivos por lo regular llevan traje sastre; el hombre debe lucir camisa de manga larga y corbata para dar la imagen de confiabilidad. Sin embargo, la empleada que porta suéter abierto en el trabajo lanza el mensaje de poco aprecio para sí misma. Una chaqueta en combinación con el vestido cambiaría totalmente el mensaje. La antiguamente llamada mujer fatal luce un vestuario provocativo, llamativo y vulgar contrario al que lleva la mujer dulce y discreta. Y aún cuando la era moderna nos vende las innovaciones, nunca debemos dejar de pensar en los mensajes que deseamos hacer llegar para nuestro beneficio.
Nos veremos pronto, pero por un corto tiempo suspendo este tema como finiquito en el no. 100. Saludos de Kalóniko.