Después de analizar los riesgos que corren altos ejecutivos de las esferas más codiciadas de nuestra sociedad (ver mi artículo de marzo 5, 2015 “Ejecutivos de alto riesgo“), trataré ahora las contingencias a las que se enfrentan los ejecutivos en general, dándoles ciertos puntos a seguir para que gocen de lo que con tanto ahínco han logrado.
Su objetivo primario deberá ser mantener un estado mental sano, pues las tensiones a las que se ven sometidos deterioran la capacidad creativa. Para lograr tal salud mental, aquí le doy 8 puntos vitales:
1- Mantenga junto a usted, mínimo, dos personas por completo eficientes, asegurándose de que las mismas tengan a su vez dos subalternos con igual capacidad para conservar viva la eficiencia en cascada y que las órdenes que usted gire no se desvirtúen ni diluyan.
2- No deje asuntos pendientes. Quite de su mente las disculpas.
3- No acepte ningún problema que no venga por lo menos acompañado de dos posibles soluciones.
4- Aíslese por completo 15 minutos diarios en los que pueda practicar un sistema de relajación (comenzando por mantener abajo sus hombros), meditación y concentración extraídos de las prácticas orientales de yoga y aplicados ya para occidente.
5- Ingiera por temporadas algún multivitamínico que contenga compuestos naturales que ayuden a la recuperación de la memoria y retención de información. Todo esto en dosis moderadas y bajo supervisión médica.
6- Mantenga la vieja regla del intestino corriente, la cabeza fría y los pies calientes.
7- Otro punto en el que debe poner atención para evitar tropiezos es no creer en nadie, sin importar de quien se trate. Verifique cada información que le den.
8- Por último y para no tener conflictos mentales, procure no perder nunca en su propio juego.
Algunas veces el ejecutivo se ve obligado a realizar acciones comprometedoras. Para no cometer errores, en tales casos conviene tener presentes cinco puntos:
1- No permita que lo controle su propio poder acumulado.
2- Piense siempre que las aves de rapiña observan su avance con paciencia esperando que tropiece y caiga, se duerma, o demuestre cansancio. Su astucia y mecanismo interno deberán ser inquebrantables.
3- La ambición no tiene límites, pero requiere ayuda y prudencia.
4- No use su primer interruptor para llevar a cabo instrucciones directas de usted que podrían ser peligrosas: sírvase de los más posibles para que su rastro se pierda.
5- Por último, recuerde que su archivo más seguro es su memoria.
La tendencia de muchos ejecutivos a engordar por tantas comidas, desayunos y cenas de negocios, podría llegar a convertirse en un problema de salud. No existe una solución óptima para el tratamiento de la obesidad. Casi todos los sistemas están encaminados a la disminución de calorías que dan como resultado la pérdida de peso. Sin embargo, se han puesto en práctica métodos eficientes que sólo recomiendan la selección de alimentos compatibles entre sí (consulte a su médico).
Al iniciar las reglas adecuadas de alimentación, inmediatamente se nota una pérdida de peso, ya que su cuerpo va limpiándose de las grasas que ha retenido. El complemento final de una dieta balanceada, es el ejercicio. Hacerlo ligeramente a diario y fuerte una
vez por semana, le dará la flexibilidad necesaria.
Nunca olvide seguir la técnica de los grandes gatos, es decir, poner sus mil sentidos en lo que haga, ya sea cazar o descansar. Someterse a una revisión más a menudo que lo normal, evitará que lo quebrante alguna tonta enfermedad.
Insisto, como en el caso de los “Ejecutivos de alto riesgo“, en que la enorme tensión a la que son sometidas las personas con extremas responsabilidades provoca que, si no conocen otras formas de soportar la fatiga, recurren a las drogas o al alcohol. La forma de obtener un buen rendimiento más allá de lo normal es dormir y descansar cuando el cuerpo se lo pida (lo que llaman “nap“), sin olvidar los ejercicios de relajación. Acepte que las drogas son ya como cualquier otra cosa debiéndolas limitar inteligentemente a un: “¡Gracias, paso!“.