DESNUDO SALVADOR
Desde los tiempos más remotos los abogados siempre utilizan artimañas para lograr su propósito, ya sea en contra o en beneficio de algún acusado y tal es el caso de Friné, cortesana griega y modelo de Praxiteles, acusada por un acto de impiedad. Resultó que en un determinado momento del juicio, el abogado quitó los broches que sostenían su túnica, llamada PEPLO, dejándola totalmente desnuda para sorpresa del numeroso jurado. Fue tal la admiración por sus formas y armonía corporal, que retiraron los cargos aduciendo que la hermosura de aquel cuerpo no podía estar en discordancia con la de su espíritu. Y es que los griegos rendían gran culto a la perfección física, y para ello edificaron gimnasios donde acudían con frecuencia buscando mantenerse siempre en perfecto estado de salud y belleza.
OMBLIGO CON ARGOLLA

Desde la aparición de Adán y Eva en el mundo con sus famosas miniprendas sacadas de un frondoso bosque, hemos visto que todo el vestuario humano ha tenido un aumento, es decir, de poca a exceso de ropa cuando intervino la religiosidad. Luego, paulatinamente, comenzó un descenso: de mucha a poca ropa y no sé si esto se debe a la decadencia de los valores religiosos, o solo a comodidad. En la década de los veinte la moda femenina cambió rotundamente, pues empezaron a acortarse las faldas y a descubrirse brazos y otras partes del cuerpo hasta llegar a las llamadas «ombliguistas», las que mostraban una cicatriz por muchos siglos tapada. En 1998 concursos de ombligos fueron celebrados en Costa Rica, retomando la moda de mostrarlo, pero adornado con una argollita de oro que se bambolea a ritmo de caderas muy al estilo de las «rumberas» de los años 40.




¿Que diría usted, siendo mujer, si algún pretendiente o enamorado suyo le obsequiara en su cumpleaños un paquete con alfileres y agujas para coser? ¿Que diría si su galán llegara con un contrato médico para que se hiciera la cirugía estética deseada por usted? Cuestión de tiempos y modas solamente: los alfileres y agujas en el siglo XIV tenían un gran valor debido al trabajo que representaba hacer esos adminículos, por lo que un regalo de ese tipo constituía un verdadero lujo, pero los tiempos cambian. La moda actual es obsequiar una intervención de cirugía plástica, si es el deseo de la dama, y no necesariamente tiene que ser de hombre a mujer, pues también la mujer puede obsequiar un trasplante de pelo si es el deseo de su pareja.
Los precursores de las corbatas lucharon con los lienzos y los nudos para lograr que tuvieran una simetría atractiva, pero fue hasta 1924 cuando el norteamericano Jesse Langsdorf ideó un corte con el menor desperdicio de tela y la solución para evitar que los colgantes lienzos se torcieran a pesar de los consejos publicados hacia 1880 en L´Art De Se Mettre la Cravatte para anudar de 22 maneras distintas la corbata. Langsdorf cortó la seda en tres piezas que cosió de manera ingeniosa, logrando de esa forma su estabilidad al colgar y presentar la corbata fina que jamás se arruga o tuerce. Hoy, para diferenciar la corbata fina de otra sólo basta con dejarla caer sobre una mesa y ver si se tuerce. En cuanto a los 22 nudos divulgados hace más de un siglo se redujeron a 3 o 4, predominando el americano y el Windsor.
CHÁNDAL
RITOS EN BODAS
La epidemia de sífilis a finales del siglo XV en Europa, hizo que los baños públicos nudistas cerraran sus puertas a los adictos a ese placer. Sin embargo, las termas, como la de Pozzuoli en Italia o la de Baden en Suiza, continuaron dando el servicio porque ahí no manejaban el gusto sino que se trataba de baños terapéuticos. En ese caso, los hombres se cubrían con calzoncillos o con un albornoz y las mujeres lo hacían con una camisa muy corta y escotada. Los baños en el mar y en los ríos que cruzaban las ciudades sólo permitían la desnudez en los hombres, con el único requisito de mantener las dos manos colocadas en el bajo vientre antes de hundirse en el agua. El desnudo masculino nunca se ha planteado como un problema de pudor.
CAPERUCITA ROJA
El descubrimiento del vidrio se ubica en la Edad de Bronce por lo que desde hace cinco mil años las cuentas o abalorios de vidrio han tenido diversos usos: como ábaco, como rosario y principalmente como adorno, aunque igual que en la indumentaria, el lucimiento de los abalorios tiene sus ciclos de moda. Desde la aparición de los plásticos las cuentas de vidrio se vieron mermadas por lo económico del producto artificial, sin embargo, la belleza artesanal que se logra con el vidrio no se compara a la imitación y así, de año en año, vemos collares y pulseras que no sólo venden las fábricas sino también las mujeres que buscan un ingreso extra creando sus propios modelos.
La práctica de abotonar una prenda masculina tuvo su origen en Europa, cuando la ropa se tornó ajustada y ya no se podía mantener cerrada sólo con un cinturón o con alfileres. Pero a las mujeres les fue negada esa facilidad, pues moralistas y religiosos se opusieron ya que implicaba, según ellos, que podían desnudarse rápidamente lo cual era inmoral. Y aunque ya vivamos en el siglo XXI, las mujeres Amish (menonitas) no pueden usar todavía ropajes ajustados con botones y ojales.
Lo importante de la moda actual no son precisamente los diseños, sino el material con que se realizan. Las chaquetas seguirán siendo lo que son, igual que los abrigos, las blusas, faldas o pantalones. Los que cambian al ritmo del avance tecnológico son los materiales y la aplicación de la tecnología en favor de la moda de trajes. Una muestra de ello nos la dio el diseñador industrial Marc Saddier en el abrigo con termostato que protege del frío y del calor, pudiendo regular la temperatura de acuerdo a la condición climática.
En la remota antigüedad fue común utilizar las pieles de animales para que los humanos se resguardaran de las inclemencias del tiempo. Después, descubrieron las fibras y crearon telas para cubrirse, hasta que las pieles de animales se convirtieron en un lujo de las sociedades, tanto europea como norteamericana. Hoy sigue siendo un lujo lucirlas, pero con una agravante: existe un movimiento social en contra de la matanza de animales con pieles finas y, tan formal, que en 1999 la ecologista Marina Ripa se presentó a la inauguración de la temporada del teatro de la Opera de la Scala, con los pechos al aire y la frase escrita en ellos de: «no pieles sobre la piel».







