Tiempo, para unos, este pasa demasiado rápido, sin dejar huella, para otros parece nunca moverse, para ni siquiera se percatan de los momentos que han perdido, sin embargo, los que lo aprenden a aprovechar, sin duda, el tiempo es su mejor maestro, les enseña el valor de la paciencia, el costo de las relaciones personales, la familia y las personas queridas, el precio del perdón y el importe de la vida.
La conciencia del tiempo llega con más claridad con el paso de los años, justo cuando más se valora y mas se puede aprovechar. El tiempo pasa sin distinguir a nadie, él es capaz de cambiar la visión, y la perspectiva de la vida en un abrir y cerrar de ojos.
Eva es una mujer de 87 años de edad, goza de una buena salud, a pesar de su diabetes. Nada le impide visitar a su hijo que vive en otro continente, asistir a bodas de los nietos, y ver bisnietos nacer. Hace ricas comidas familiares, que disfruta ella es una mujer privilegiada y bendecida.
Hace un par de semanas se encontró con algunas de sus amistades. Se impresionó mucho al ver que su amiga Lola, que siempre había sido tan guapa, elegante y enérgica estaba sentada en una silla de ruedas sin reconocer a nadie. Encontró a otra amiga, qué estaba completamente ciega. Frente a ella estaba sentada su vecina, que recién había perdido a su marido y a uno de sus hijos.
Eva sintió pena por sus amigas, sin embargo encontró gran alivio y paz al saber que ella estaba en buenas condiciones. Con lágrimas en sus ojos le dijo a su nieta: ¡Lo que se aprende con la edad! ¡Que afortunada soy! no solo estoy viva, sino que además tengo el gusto de poder ver a mis hijos, nietos y bisnietos crecer.
Su nieta Celina, sonrió, vio en los ojos de su abuelita ojos de ternura, sabiduría y de una paz que ella no poseía. Ella vio como su abuela tenia otra perspectiva de la vida, clara, sencilla y sabia. Las preocupaciones, la inestabilidad emocional y económica que se siente en la juventud, la presión familiar, las angustias y las incertidumbres que vienen con el trabajo.
Celina entendió con una simple miranda que el desequilibrio económico y la educación de los hijos son importantes, y que finalmente se resuelven o se mejoran, sin embargo las cosas que realmente son trascendentes, van mas allá de un problema material y pasajero, la calidad de las relaciones personales, la salud y la gratitud que se tienen por la vida, son mas significativos que todo lo demás.
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La receta
Aprendiendo de la edad
- 1 lata de perspectiva ; calma paciencia y entendimiento
- 3 ramitas de agradecimiento; gratitud por todo lo que se tiene y se ha logrado
- 1 cubo de experiencia; reconocer y valorar las acciones, relaciones y aprendizajes
- 1 taza de sentido de la vida; fe y metas a seguir
- 1 cucharada grande de alegría; actitud positiva y simple para vivir
- 1 pizca de comprensión; conciencia, sensibilización y aceptación de la vida
Recomendación del chef: No esperes a que se te pase la vida para que puedas reconocer lo más importante; las relaciones que puedes formar, las personas que puedes inspirar y las acciones que puedes realizar.
Modo de Preparación:
- Hay que aprovechar cada oportunidad que la vida presenta para poder tener una vida plena y satisfactoria. Es muy común reprochar y añorar el tiempo perdido, cuando escuchamos «a su edad y con mi experiencia, mi vida hubiera sido otra De alguna manera dejamos llevar por el sentimiento de frustración y el sufrimiento que lejos de dejarnos algo positivo, envenenan y limitan la visión de la vida.
- La experiencia es la mejor aliada cuando se aprende y se sabe como utilizarla. El sabor que dejan impregnado las vivencias y el agradecimiento, son sin duda el toque que define el carácter de cada persona. La experiencia lo dice todo, la sabiduría que vine con la edad puede significar: satisfacción, conciencia y calma, o enojo, malestar y angustia la elección es totalmente personal.
- La edad es un símbolo de sabiduría; Mientras más mayor es la persona, más respeto se le debe de otorgar. No se trata de envejecer y perder poder, sino de vivir más y aprender a compartir las experiencias, abrazar la vida y sonreírle. Tener una actitud adecuada para que cuando los jóvenes lleguen a crecer, puedan sentir se queridos y respetados también.
«Cada día que se vive tiene un aprendizaje; entre más experiencias, más oportunidades más enseñanzas y mejor calidad de vida.»